Se trata de Pablo Falabella, coordinador de la escuela de orfebrería, que trabajó en un crucifijo de plata para el Papa Francisco. Al recibir el regalo con total humildad el Sumo Pontífice decidió realizar una llamada para agradecer pero esta no fue atendida.
La intención es potenciar la producción agropecuaria de la Argentina y aumentar la resiliencia del sector frente al cambio climático.