El ministro del interior, Wado de Pedro viajaba al Vaticano, motivo por el cual decidió encargar una pieza al orfebre Pablo Falabella. La misma se trata de una cruz de plata esterlina 925 con base de nogal realizada en Catamarca.
Dentro del estuche, además del crucifijo, iba una carta donde Falabella describía el trabajo realizado, nombraba a la escuela de orfebrería de Catamarca y agregaba "es una pieza de arte tradicional y federal" ya que en la misma trabajaron varias provincias en conjunto.
Al recibir el regalo el Papa Francisco no dudó y llamó al orfebre catamarqueño, pero no logró respuesta. Y tras varios intentos optó por dejarle un mensaje: "Para el señor Pablo Falabella soy el Papa Francisco, te quiero agradecer la cruz que me mandaron. Llamaré en otro momento cuando me puedas atender. muchas gracias por el gesto, gracias por la calidad de este trabajo. Que Dios lo bendiga" decía Francisco.
Pablo contó que él estaba pintando un mueble para su mujer en el patio y al ver un "número desconocido" pensó que era algún call center o algo por el estilo, por eso no atendió. La sorpresa fue cuando entró al buzón de voz: "Cuando escuché el mensaje, en el lugar en el que estaba me quede congelado".
"Cuando escuché el mensaje, en el lugar en el que estaba me quede congelado".
Pablo Falabella, orfebre.
Final Feliz
Esto había sucedido el sábado previo al Domingo de Ramos pero, el lunes siguiente a las 9:40 de la mañana el Papa volvió a llamar y ahí Pablo, que ahora estaba con el celular pegado a la mano, atendió! Y al fin pudieron hablar. Francisco agradeció el regalo nuevamente y le pidió que rece por el.
"Pasó tan rápido y yo estaba tan emocionado, que me hubiera gustado grabarla a la charla que fue cortita pero bueno yo le agradecí la humildad y la generosidad por llamarme" dijo Pablo y agregó " realmente quede muy conmovido y contento porque significa que voy por el buen camino".
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