Opinión

Massa o Milei, entre la continuidad y la promesa de revolución

El candidato oficialista ganó en Catamarca en las PASO y en octubre, pero con postulantes provinciales y municipales pegados a su boleta. El libertario, en cambio, creció sin más apoyo que el de sus seguidores. Habrá que ver si la “campaña del miedo” tuvo éxito. En cuál vereda se ubicará el radicalismo.
Por Marcelo Sosa

El país está partido exactamente en dos mitades en esta instancia crucial. Ni Sergio Massa ni Javier Milei corren con ventajas claras en este balotaje presidencial; hay tantas encuestas a favor de uno como del otro, y en su mayoría la diferencia que los separa no es superior a dos puntos porcentuales. Para los analistas de opinión pública eso representa un empate técnico. En Catamarca, el desafío del oficialismo será aportar trabajo dirigencial y militante, aún cuando lo más importante ya se definió el 22 de octubre. Lo que hará la oposición, en cambio, es una intriga.

Si hubiera que observar solamente desde la óptica del poder en juego, en el caso de Catamarca, como en todas las provincias, todo ya fue dicho: el gobernador Raúl Jalil fue reelecto con el 54% de los votos, mientras que la oposición tradicional encarnada de Juntos por el Cambio quedó relegada al tercer puesto. La segunda fuerza fue, tal como el mapa nacional, La Libertad Avanza.

Del mismo modo, el 22 de octubre quedó resuelto por otros cuatro años el mando en 34 municipios de la provincia. En Capital, que concentra casi el 40% del electorado catamarqueño, el intendente peronista Gustavo Saadi se impuso por una diferencia de 20 puntos sobre el candidato libertario, el expolicía Javier Varela. Saadi, además, triunfó en los siete circuitos electorales donde se renovaron concejales, y así amplió su hegemonía en el cuerpo deliberativo.

Es decir, todos los casilleros del poder catamarqueño que traccionan la estructura estatal y que movilizan verdaderamente a dirigentes, punteros y militantes ya fueron cubiertos. ¿Cuál fue la estrategia del oficialismo local para tratar de contagiar un entusiasmo similar para la disputa presidencial? La misma campaña del miedo que se puso en práctica en el orden nacional.

En efecto, Jalil insistió en los últimos días que si hoy gana Milei “estará en riesgo el pago de los sueldos de la administración pública”. Esto a raíz de las declaraciones críticas al actual régimen de coparticipación federal que hizo el líder libertario. Es sabido el temor que tal peligro puede suscitar en una provincia caracterizada por la altísima incidencia del empleo público. Además, el mandatario subrayó la supuesta “garantía” de la continuidad de la obra pública en Catamarca en caso de que triunfe Massa.

No fue solo eso. Esta semana los pasillos del Ministerio de Salud aparecieron carteles temerarios con leyendas tales como “No hay Salud Mental sin salud pública” y “Con vouchers no hay Salud Mental”, ambos con el hashtag “#MileiNO”. La movida causó malestar en el público. En las redes, algunas respuestas fueron lapidarias. “No hace falta que gane Milei, hoy tampoco hay salud mental”, decía una de ellas. Para alardear gestión se necesita autoridad.

Campaña del miedo: uno de los carteles pegados en el Ministerio de Salud de la Provincia.

La apuesta libertaria

En Catamarca, como sucedió en todo el país, los votos de La Libertad Avanza en las elecciones anteriores tuvieron un único dueño: Milei. Ninguno de sus candidatos provinciales y municipales, por más trabajo político que hayan hecho estos meses, está en condiciones de asegurar que llevó agua al molino libertario.

En octubre, Massa obtuvo en la provincia 99.612 votos (42,79%), mientras que Milei sumó 74.570 (32,03%) en la categoría Presidente. En la de Gobernador, Jalil se alzó con 107.018 votos (54,08%), en tanto que José Jalil Colomé, de La Libertad Avanza, tuvo 48.308 (23,40%). ¿Cuántos de esos sufragios del candidato mileísta fueron enteramente propios? Jalil Colomé es consciente de que se benefició del huracán libertario nacional.

Ahora bien, ¿qué necesita Milei en Catamarca para cantar victoria? Anexar la mayor parte de los votos que tuvo su hoy aliada en la batalla, Patricia Bullrich, cuando compitió por Juntos por el Cambio. En la anterior pulseada, la candidata obtuvo 39.960 votos en esta provincia. Si la sumatoria fuera casi lineal -algo que no existe en política-, el electorado opositor catamarqueño podría dar la sorpresa.

Ello implicaría que más allá de las propuestas estrafalarias y controvertidas de Milei, como la de cambiar la coparticipación federal, eliminar el Banco Central y dolarizar la economía, entre otras, la voluntad de un cambio “revolucionario” en la provincia es más fuerte que el miedo que intenta infundir el oficialismo.

Para ello la clave está sobre todo en el rol que jueguen los votantes de Bullrich, los del cordobés Juan Schiaretti (casi 15.000 votos) y los de la izquierda. Lo que algunos encuestadores denominan los “votos huérfanos” del balotaje.

De las PASO a octubre, Milei creció más de 7 puntos porcentuales (20.800 votos) en Catamarca. Massa incrementó menos de 3 puntos (12.000 votos), con todo el aparato provincial y municipal detrás de su boleta. En otras palabras, de los dos contendientes de hoy, el que más chances tiene de mejorar su colecta es Milei. Pero en política, se sabe, nunca dos más dos es cuatro.

La incógnita más grande en ese sector es el papel que desempeñará el radicalismo, devenido hoy en una fuerza convulsionada por sus internas a raíz de los arreglos secretos de sus principales autoridades con el Gobierno provincial.

Si bien la UCR nacional declaró su neutralidad en el balotaje, es obvio que se espera cierta coherencia opositora. ¿Aportará a Milei? El presidente del partido, el gobernador jujeño Gerardo Morales, mantuvo recientemente duros cruces con Milei y con el expresidente Mauricio Macri, hoy aliado del líder libertario, por sus posturas antiestatales y otros viejos resentimientos. Más aún, dijo que hará todo lo que esté a su alcance para evitar una victoria de Milei.

Pero en Catamarca hay dirigentes que se comprometieron a fiscalizar para La Libertad Avanza, y lo defendieron en público. No hubo, sin embargo, un pronunciamiento concreto del radicalismo provincial respecto a qué rol jugará en esta elección, o si jugará alguno. Es posible que muchos boinablancas hoy se queden en sus casas.

La intriga acerca de si los radicales locales trabajarán por Milei, por Massa, por el voto en blanco o la abstención se develará en pocas horas más.

Por lo pronto, hay una sola certeza: la moneda sobre la Argentina que viene está en el aire.