Opinión

El derrumbe de los mitos y los sobreentendidos

Las urnas de este domingo demostraron que el Estado sigue siendo una herramienta decisiva para ganar elecciones. Es la vigencia de la “casta”. En Catamarca, la alianza hegemonizada por el radicalismo sufrió una derrota sin precedentes.
Por Marcelo Sosa

¿Cómo se explica que el candidato que salió tercero en las PASO de agosto haya terminado en primer lugar y, encima, por una buena diferencia de votos respecto al segundo? La sorpresiva performance de Sergio Massa, el ministro de Economía del país en profunda crisis económica, no solo repartió recursos públicos a mansalva en estos dos meses y medio, sino que además contó con el alineamiento de los gobernadores dependientes de los favores del Estado nacional.

En rigor, Massa recuperó 8 provincias en las que había resultado perdedor en agosto donde no se jugaba el poder local, entre ellas Tucumán, La Rioja y Corrientes -gobernada por el radical Gustavo Valdés-, a manos del libertario Javier Milei y de Juntos por el Cambio, y también se impuso cómodamente en el conurbano bonaerense, incluso en Lomas de Zamora, el distrito del escandaloso Martín Insaurralde. En general, provincias y municipios peronistas que blindaron sus territorios ante la amenaza opositora.  

Contra la inflación anual de tres dígitos, el 40% de pobreza y un salario mínimo equivalente a 380 dólares, Massa contrapuso la eliminación parcial del Impuesto a las Ganancias que favoreció a 800 mil personas de clase media y una devolución de IVA que alcanza a 9 millones de jubilados, empleados y monotributistas. El famoso “plan platita”.

Así fue que el postulante perdidoso del 13 de agosto terminó festejando esta noche con una diferencia de más de 6 puntos porcentuales sobre Milei, con quien dirimirá la segunda vuelta en noviembre. Patricia Bullrich, segunda en las PASO, quedó afuera de carrera con casi 24% de los votos de los argentinos.

En definitiva, las urnas demostraron que el populismo sigue siendo exitoso para quienes manejan la caja y que las promesas de sepultar la “casta”, pasar la motosierra y acabar con la vieja política representan cambios quizás demasiado disruptivos en una sociedad sumisa y temerosa.

Resultados en la categoría presidente de la Nación. Escrutinio provisorio total país.

Dicho en otros términos, tanto el anunciado fin del populismo retrógrado como la hora de la revolución libertaria de ultraderecha siguen siendo mitos alejados de la realidad.

Sin embargo, la política suele dar revancha: habrá que ver cómo se alinean en el balotaje los votos de Bullrich, Juan Schiaretti y la izquierda. Si hubiera coherencia opositora, es Milei quien más puede sumar.

Duro golpe en Catamarca

El panorama electoral en la provincia contaba con un par de suposiciones lógicas. La primera era que el oficialismo se impondría con comodidad en las categorías gobernador e intendente de la Capital, y así sucedió: Raúl Jalil obtuvo el 54% de los votos, mientras que Gustavo Saadi se alzó con el 50%.

La segunda era que Juntos por el Cambio consolidaría su rol de principal oposición en todas las categorías, y eso no ocurrió. En la competencia para la gobernación, Flavio Fama quedó debajo del debutante José Jalil Colomé, de La Libertad Avanza: el resultado provisorio indica que JxC obtuvo 22,5%, mientras que LLA llegaba a 23,4%. En cantidad de votos, la diferencia es de poco más de 1.700 a favor del primo hermano del Gobernador.

Pero lo peor se dio en el resto de las categorías. En el caso de diputados provinciales, LLA consiguió 24%, en tanto que JxC terminó con 22,4%. Esto significa que los libertarios se quedarán con una banca más de las que la oposición puso en juego en esta pulseada. Serían 5 y 4 respectivamente.

Y otro tanto pasó con la disputa por la banca de diputado nacional. Juntos esperaba ubicar allí al radical Luis Lobo Vergara, pero el ganador resultó el libertario Luis Almada, quien acompañará al peronista Sebastián Nóblega.

Fue sin dudas la derrota más dura que sufrió la alianza provincial encabezada por el radicalismo desde que fue desplazada del poder por el peronismo en 2011.

En suma, desde hoy no se puede dar por sobreentendido que el radicalismo y sus aliados circunstanciales representan a la principal oposición en Catamarca. Tal rol empezó a ocuparlo una fuerza nueva surgida de un fenómeno político nacional. El tiempo que comienza dirá si no es más que un paradigma de época.