Opinión

Absurdo de la salud pública: hospitales nuevos sin recursos humanos

El Gobierno inaugura hospitales a un ritmo frenético, pero no tiene en cuenta el déficit de profesionales. Una cuestión central que está ausente en su agenda.
Por Marcelo Sosa

Mientras la política discute acerca de si el Gobierno incumplió su compromiso de crear un polo de salud en Capital; o si esto fue responsabilidad de la oposición al no haber votado el presupuesto 2023 que preveía esa obra; o si será suficiente con ampliar el hospital San Juan Bautista para atender la demanda, el problema de fondo que el Estado pasa por alto es la crisis de recursos humanos en el sector. No hay oferta de especialistas médicos ni habrá por algunos años hasta que cambie el paradigma de la salud.

El tema volvió al primer plano de la política estos días a raíz de una confesión que el intendente capitalino, Gustavo Saadi, hizo en el programa político “El Talión”, de Tveo. Allí admitió que una de las “condiciones” que puso en las negociaciones por la conformación de listas electorales fue que el gobernador Raúl Jalil se comprometiera a construir un nuevo centro de salud “moderno y de alta complejidad” en San Fernando del Valle. Habría que interpretar que fue por eso que Saadi aceptó competir por la reelección en el municipio.

Más allá de la pulseada interna en el peronismo, la preocupación de Saadi tiene razones suficientes. Según una encuesta realizada hace poco menos de un mes por una consultora nacional, el “sistema de salud” en Catamarca está al tope de las preocupaciones de la ciudadanía, con el 42%. Luego siguen la “pobreza” y la “inflación, que comparten el 31%. El intendente, por otro lado, lo palpa a diario en sus contactos con vecinos.

La senadora nacional y jefa del PJ, Lucía Corpacci, apoyó la demanda de Saadi de un hospital de alta complejidad porque la consideró “muy razonable”. Y aprovechó para cuestionar a la oposición de Juntos por el Cambio, que insiste en que Jalil “abandonó” la salud pública, por no haber aprobado el presupuesto nacional que preveía fondos para la construcción de un polo de salud en Capital.

Por su parte, el gobernador Jalil aceptó el pedido de Saadi de construir un nuevo centro de salud. Sin embargo, desde que inició su gestión tuvo varias marchas y contramarchas al respecto. En 2020 Jalil anunció que el San Juan Bautista sería “reubicado” en la zona de la circunvalación, al estilo del hospital de urgencias de Córdoba. Después dijo que se analizaría trasladar las áreas “inundables” del nosocomio, porque éste “nació mal”. Y el año pasado aseguró que la prioridad no será el hospital central, sino los hospitales que se construyen en el interior de la provincia.

Ahora, requerimiento de Saadi mediante, vuelve a la agenda el hospital capitalino. Eso sí, con una “pequeña” variante: no será un edificio completo totalmente nuevo, como los del interior, sino un módulo que se anexará al San Juan Bautista donde hoy está el playón principal de estacionamiento, sobre avenida Mariano Moreno.

La ministra de Salud, Manuela Ávila, dio más precisiones. Dijo que el proyecto en manos de su par de Infraestructura y Obras Civiles, Eduardo Niéderle, prevé que el nuevo módulo a anexar sea para Emergencias, con lo cual se anularía la actual, que se inunda invariablemente en cada lluvia de verano por su ubicación baja.

Hasta allí la secuencia de declaraciones oficialistas de la semana.

Hospitales para todos

De acuerdo con la agenda gubernamental, el próximo martes 18 de julio Jalil inaugurará las instalaciones del nuevo hospital de Pomán, el cual se suma a los recientemente inaugurados en Fiambalá y en Valle Chico (Capital). Los tres cuentan con quirófanos, sala de terapia intensiva, internados, ambulatorios, cocina, lavadero, morgue, gases medicinales por medio de cañerías, grupo electrógeno, agua, lugar para residuos patógenos, estación transformadora y aire acondicionado central.

El nuevo hospital de la villa de Pomán se inaugurará el martes próximo.

Y en unas semanas más, se prevé la inauguración del nuevo hospital de Saujil (Pomán), con lo que sumarían tres los centros de salud en el Oeste catamarqueño, sin contar el de La Ciénaga, en Belén.

Entre los hospitales de la villa de Pomán y de Saujil hay solo 35 kilómetros de distancia. Y al de Belén y al de La Ciénaga los separan 30 kilómetros de la ruta nacional 40, con la diferencia que el segundo está ubicado en medio de la nada, tanto que hasta abril pasado no tenía agua. Costó 325 millones de pesos y fue construido en el marco de la Red de Emergencia Sanitaria Federal. Aún hoy no hay noticias de su funcionamiento.

Hospital de La Ciénaga, sobre la ruta nacional 40.

El 20 de junio pasado, Jalil cortó las cintas del flamante hospital de El Rodeo, ubicado en el ingreso a la villa. Según se dijo en el acto, la obra se hizo en esa localidad por un acuerdo de los cuatro intendentes de Ambato. Sin embargo, la mayor parte de la población está ubicada al otro lado del departamento, cuya cabecera es La Puerta. Habrá que suponer entonces que el hospital rodeíno tiene un sentido más turístico-veraniego que social.

Hasta aquí, el Gobierno ha encarado la política de descentralización de la atención sanitaria con inversión en nuevos hospitales. Pero el problema central no es la infraestructura, sino la atención humana. Y para eso hoy no tiene respuesta.

“Cajas vacías”

El Colegio Médico de Catamarca analiza la situación con extrema preocupación. Afirma que la falta de profesionales en el interior provincial es “alarmante”, aunque también es seria en Capital y en el país en general.

En cuanto a los nuevos hospitales provinciales, si bien considera positivo que se “busque mejorar la infraestructura y modernizar los servicios de salud”, la entidad advierte que se debe “cuestionar si esta inversión está siendo realizada de manera óptima, teniendo en cuenta la disponibilidad de recursos humanos necesarios para operar estos nuevos establecimientos”.

“Es necesario que las autoridades de Catamarca y los responsables de la planificación de la salud en la provincia consideren la necesidad prioritaria de contar con suficientes recursos humanos antes de continuar invirtiendo en nuevas infraestructuras. Esto implica realizar estudios de demanda y oferta de profesionales de la salud, implementar programas de incentivos para atraer y retener a médicos en el interior provincial, y fortalecer la formación y capacitación de personal sanitario local”, expresa un documento del Colegio Médico.

En una entrevista realizada en “El Ágora”, el programa televisivo de INFORAMA que se emite los martes por Tveo, el presidente de la entidad, Mauricio Figueroa, dio precisiones sobre esta carencia de profesionales en las denominadas especialidades médicas.

Figueroa detalló que de los 1.365 matriculados que tiene el Colegio, apenas hay 130 pediatras y 50 clínicos especialistas. Este año la residencia en Pediatría no tuvo postulantes, como tampoco se sumaron más médicos psiquiatras.

Las especialidades críticas son Neonatología, Cirugía, Patología, Terapia Intensiva y Medicina General, entre las principales. “No hay dudas que estamos frente a un éxodo de médicos hacia las especialidades más rentables”, señaló Figueroa.

A su criterio, los nuevos hospitales son “hermosas estructuras”, pero “necesitan el trabajo de un equipo médico, con varias especialidades que se complementan: clínico, cirujano, cardiólogo, terapista, anestesista, además de otros como kinesiólogos y enfermeros”. Ahora bien, “¿cómo ponemos un especialista en el interior? Al Estado le demanda mucho dinero y al profesional le cuesta ir al interior”.

En lugares como Andalgalá, Belén y Tinogasta, “hay entre 50 y 60 médicos, la mayor parte de los cuales están a punto de jubilarse y no hay nuevos profesionales para reemplazarlos”, agregó.

Aparte, la brecha que se abre entre hoy y el año en que empiecen a graduarse los nuevos profesionales de Medicina de la UNCA no habrá oferta suficiente. “Tampoco vamos a tener calidad profesional, y eso nos preocupa mucho”, sinceró Figueroa.

Por eso, a su modo de ver, una estrategia sería “aumentar el semillero de médicos en la formación de posgrado”. Es decir, “apuntarle a las residencias médicas, continuar con la formación de los jóvenes, alentarlos y estimularlos para que quienes son del interior puedan regresar a su lugar de origen a trabajar”. Eso, por supuesto, porque se descuenta que no es atractiva la oferta del interior para profesionales de otras provincias.

Con todo, la peor parte de esta crisis es que el Gobierno no la asume como tal. No es un “tema importante en su agenda”, reconoció Figueroa.

El documento del Colegio Médico concluye así: “Si la infraestructura es una ‘caja vacía’, con carencia de personal, de nada servirá para contener la demanda insatisfecha y creciente en atención médica”.

Las omisiones suelen hablar por sí mismas. El Gobierno se ha encargado de detallar los servicios y la tecnología puesta en cada uno de los centros de salud, pero nada dijo de los equipos médicos. Por lo pronto, como manda el año electoral, solo habrá cortes de cintas.