Opinión

Elecciones 2023: Gustavo Saadi invierte a plazo fijo

Un mes después de haber sido excluido de la cúpula del PJ, Saadi pisó fuerte en la definición de las listas para diputados y concejales. La construcción del proyecto 2027.
Por Marcelo Sosa

El intendente capitalino, Gustavo Saadi, puso un alto precio a su renunciamiento a disputar el máximo trono provincial en esta vuelta electoral. En el reparto de candidaturas para las PASO del mes próximo, se quedó con la mitad de las bancas de diputado con chances y cuenta con precandidatos propios para concejal en todos los circuitos de la ciudad. Se trata del comienzo de un armado con miras a 2027.

Fue en verdad un vigoroso renacimiento después de haber sido excluido, un mes antes, de la cúpula del Partido Justicialista que erigió a la senadora nacional Lucía Corpacci y al gobernador Raúl Jalil como presidenta y vicepresidente, respectivamente. Saadi, según entendían todos, no podía quedar afuera. Al trípode de poder peronista le faltaba una pata.

En esa ocasión, incluso, el clima estaba tan enrarecido en el oficialismo que el acto de asunción de las autoridades, previsto inicialmente para el 23 de mayo en la icónica “Placita de la Estación” del peronismo, debió mudarse a un predio sindical de Fray Mamerto Esquiú. El municipio, que no fue consultado para esa ceremonia, se apresuró a instalar -dos días antes- la estructura para el desfile del 25 de Mayo y la Fiesta del Locro. Más que material, era, en realidad, un vallado simbólico a una celebración partidaria que no tendría al intendente capitalino como protagonista.

La explicación que dio el secretario general del PJ, Isauro Molina, para el cambio de escenario fue cómica: “Acordamos ir a otro lugar para no vandalizar este paseo tan lindo que tiene la ciudad”, dijo.

A la misma hora del acto en FME, Saadi estaba degustando empanadas en un nuevo emprendimiento gastronómico que abrió sus puertas esa noche. “Todo bien con la conducción del partido”, expresó ante la consulta de la prensa. Afuera lo esperaban colaboradores del municipio y militantes con remeras y el cotillón electoral “Gustavo23”. Una consigna inspirada en un “salto” a la Provincia, no en la reelección municipal.

El malestar de Saadi con el Gobierno venía de cuando Jalil decidió junto al presidente Alberto Fernández convocar a las elecciones en simultáneo con las nacionales. El intendente reiteró su desacuerdo frente a cuanto micrófono tuvo delante. “Parece que hay que pedirle permiso a la Nación sobre cuándo hacer las elecciones. Lo decidamos los catamarqueños”, expresó en una de esas oportunidades.

En paralelo, arreciaban las versiones acerca de que Saadi no solo era partidario de que las candidaturas en el oficialismo se resuelvan en una PASO, sino que además él mismo estaba dispuesto a presentarse con una propuesta interna. Una pelea cuerpo a cuerpo entre Jalil y Saadi hubiera sido una delicia para los sectores militantes más radicalizados, pero atentaría contra el verticalismo proverbial que caracteriza a la cúpula del peronismo provincial y nacional.

Finalmente, la sangre no llegó al río. Corpacci fue quien se ocupó de evitarlo. “Convenció” a Saadi de que Jalil debía presentarse para su reelección, al igual que su acompañante en la fórmula. Es decir, la premisa de los dos mandatos consecutivos como máximo, al igual que lo hizo ella. El intendente aceptó, pero puso condiciones.

Alfiles en las nóminas

La principal condición es la que quedó al descubierto el fin de semana pasado con la conformación de las listas de precandidatos para las PASO del próximo 13 de agosto. En esas nóminas, Saadi dio el primer paso para la construcción de su base de poder en el ámbito provincial.

Al ir con lista única a estas elecciones, Unión por la Patria (UP) -el nuevo nombre del peronismo- no tendrá que modificar la nómina de postulantes a la Cámara de Diputados para las generales del 22 de octubre. Una hipótesis de triunfo indica que el oficialismo podría quedarse con 11 de los 20 cargos en disputa en ese cuerpo.

De esos 11 lugares, Saadi logró ubicar a 5 propios, al igual que Corpacci, quien impulsa reelecciones en todos los casos. Mientras que al líder gastronómico Luis Barrionuevo le correspondió un espacio.

La nómina de precandidatos a diputados provinciales de Unión por la Patria, con sus respectivos “padrinos políticos” (GS, por Saadi, y LC, por Corpacci), es la siguiente:

1- Paola Fedeli (reelección. LC)

2- Nicolás Zavaleta (GS)

3- Natalia Ponferrada (reelección. LC)

4- Armando López Rodríguez (reelección. LC)

5- Cecilia Barros (GS)

6- Hugo Corpacci (reelección. LC)

7- Josefina Herr (GS)

8- Juan Carlos Ledesma (GS)

9- Cynthia Gambarella (reelección. LC)

10- Hernán Díaz (GS)

11- Gladys Moro (Barrionuevo)

Uno por uno

El perfil de los precandidatos que se referencian con Saadi es más de carácter político-militante que de gestión. Zavaleta es el actual presidente del Concejo Deliberante capitalino y, probablemente, uno de los más entusiastas promotores de la candidatura de Saadi a la gobernación. En esa tarea también se destacó Ledesma, quien hasta le organizó un acto político a modo de pre-lanzamiento por el espacio “Es con vos”.

Cecilia Barros, hija de Ricardo Barros, ex ladero de Ramón Saadi, está a cargo actualmente del Presupuesto Participativo del municipio, uno de los ejes que a menudo destaca el intendente como logro de su gestión.

Herr, pareja del exconcejal Daniel Zelaya -actual secretario de Vivienda, Tierra y Hábitat del Ministerio de Vivienda y Urbanización- está al frente de la Dirección de Políticas Sociales Educativas del municipio.

Y Díaz es un puntero político del sur de la ciudad que trabaja para el municipio en reparaciones edilicias. En 2021 acompañó a Laila Saleme como candidato a concejal suplente. Es, quizás, el menos conocido de todos los precandidatos.

Por otro lado, el caso de Gambarella tiene una particularidad. Si bien ingresó a Diputados de la mano de Lucía Corpacci, hoy se muestra militando en “Esperanza”, la corriente peronista que inspira el ministro de Vivienda, Fidel “Pocho” Sáenz. Y Sáenz tiene afinidad con Saadi, comparte la misma estrategia de construcción política y aspira a ser intendente capitalino en 2027. Es más, trascendió en los corrillos del PJ que el sábado 24 de junio, en el vértigo del cierre de listas, Saadi habría pedido a última hora que la vicegobernación sea para Sáenz, lo que por cierto no le concedieron.

En suma, podría interpretarse que entonces Saadi contaría en realidad con seis nombres afines en la lista de diputados y Corpacci con cuatro.

El gobernador Jalil quiso incluir en un lugar expectante de la lista de diputados al intendente de Santa María, Juan Pablo Sánchez, quien concluye su mandato en diciembre y no puede ser reelecto. Intento infructuoso. El reparto ya estaba cerrado entre Saadi y Corpacci.

Hegemonía capitalina

En lo que respecta al Concejo Deliberante, la presencia de Saadi en las nóminas de los 7 circuitos capitalinos es avasallante. De las 48 colectoras que se presentan, 15 traccionarán pura y exclusivamente para el intendente. Las otras lo harán en forma indirecta, a través de otros candidatos.

Dicho de otra forma, el intendente Saadi suma 30 precandidatos “puros”, entre titulares y suplentes, por esa quincena de colectoras.

Así es como busca fortalecer el poder territorial en San Fernando del Valle. En definitiva, serán los dirigentes de la Capital los que cargarán con el mayor peso de la campaña electoral del oficialismo, porque son los que tienen contacto directo con los vecinos y su realidad social.

Ampliar y consolidar esta hegemonía política es clave para Saadi si consigue su reelección en octubre. Si así fuera, lo esperarán cuatro años en los que no podrá evitar, al menos al principio, los coletazos de un país agobiado por las deudas y una economía sin horizonte.

Tendrá el desafío de mantener la gestión, concluir los proyectos en marcha para la ciudad y encarar nuevos. Y todo eso mientras sigue alimentando su sueño provincial.