Los profesionales de la Salud marchan constantemente en la plaza 25 de Mayo en reclamo de sus derechos. Es una situación triste, ver a quienes se jugaron la vida y fueron los héroes de la pandemia, esas personas a las que salíamos a aplaudir en un horario determinado, aún no tienen resuelta su estabilidad laboral o cobran sueldos de hambre.
No podemos olvidarnos de lo que vivimos, hoy estamos relajados y sin barbijos, pero hace dos años los que estaban en la trinchera poniendo el cuerpo eran los profesionales de la Salud. No podemos pasar a tenerlos como último orejón del tarro. Tienen derecho a ser atendidos.
Después vendrán las críticas, de los que son pícaros y tienen mañas. Pero también hay que ser agradecidos de quienes estuvieron en la pandemia y aún están en las terapias intensivas o en cualquier parte de la salud pública.
Se trata de una situación que puede cambiar con predisposición y sin importar quien tiene el sello gremial en condiciones.