Con el documento en su posesión, las familias beneficiarias se convierten en dueños legítimos de sus inmuebles, obtienen seguridad jurídica sobre su propiedad y pueden acceder a distintos beneficios que brinda el Estado.
Un crimen por parte de los "hijos del poder" y una monja que apoyó una familia ante tanta impunidad, fueron los propulsores de las marchas de silencio.
“Hoy podemos contar que 130 familias, la mayoría con mujeres jóvenes, tienen su trabajo privado registrado y que en meses más duplicarán la producción", señalaron.