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María Soledad Morales: un nuevo aniversario del femicidio que sacudió al país

Un crimen por parte de los "hijos del poder" y una monja que apoyó una familia ante tanta impunidad, fueron los propulsores de las marchas de silencio.
Por Redacción Inforama

La memoria nos diferencia como humanos de entre muchos otros seres vivos. Hoy, jueves 8 de septiembre del 2022, se cumplen 32 años del femicidio que movilizó primero a unos padres desesperados, un colegio entero y luego a un país entero.

María Soledad Morales tenía tan sólo 17 años cuando fue encontrada muerta a la vera de la Ruta 38, a unos 7km de la ciudad de San Fernando del Valle de Catamarca. Un lunes a las 9.30 de la mañana, una cuadrilla de trabajadores de Vialidad Nacional encontró su cuerpo en "Parque Daza".

La última noche que Ada Rizzardo y Elías Morales vieron a su hija María Soledad, fue la noche del viernes 7 de septiembre de 1990. La adolescente se despidió para ir a festejar el Día de la Primavera a una discoteca llamada Le Feu Rouge, ubicada en el casco céntrico.

Nunca volvió a casa

Se trataba de una velada especial, ya que la joven junto a sus compañeras de quinto año del Colegio del Carmen y San José habían organizado una recaudación de fondos para su viajes de egresados. María Soledad tenía una relación con Luis Tula, quien era doce años mayor que ella y mantenía en secreto su matrimonio con Ruth Salazar.

El cuerpo de la joven fue encontrado golpeado, con quemaduras de cigarrillo y completamente irreconocible. Más tarde se sabría que lavaron su cuerpo en la morgue para "lavarlo a manguerazos" en una batea, dónde si había huellas, las borraron.El padre de la catamarqueña, tan sólo la pudo reconocer por una pequeña cicatriz que tenía en sus muñecas.

Durante la madrugada del sábado 8, la estudiante salió de la fiesta organizada por el curso y dirigió a la para de colectivos. Nunca subió al transporte, ya que fue abordada por Luis Tula, quien se encontraba en un jeep que, según algunos testigos, pertenecía a Arnoldo “Arnoldito” Saadi, primo del gobernador de la provincia, Ramón Saadi.

"Hijos del poder"

Se la vio poco más tarde en otra discoteca de la ciudad, llamada Clivus, donde según pudo reconstruirse, Tula la presentó a un grupo de hijos de policías de alto rango y funcionarios públicos de la provincia, entre ellos Pablo y Diego Jalil, sobrinos del entonces intendente local, José Jalil; y Guillermo Luque, hijo del diputado nacional por Catamarca Ángel Luque, y dos amigos de éste Eduardo “El Loco” Méndez y Hugo “Hueso” Ibáñez.

-Si mi hijo hubiera sido el asesino, el cadáver no aparecía – dijo a la prensa el diputado nacional Ángel Luque, desatando un escándalo que llevaría a su expulsión del Congreso. Múltiples "hijos del poder" se mantuvieron de una u otra forma vinculados a la causa, mientras las maniobras para buscar impunidad continuaban.

La hermana Martha Pelloni y su cruzada en contra la impunidad

Ante tanta injusticia, la rectora del Colegio del Carmen y San José, lo monja Martha Pelloni organizó y encabezó las múltiples "marchas de silencio", que luego se volverían una causa común para miles de catamarqueños. En 1991, el presidente de turno, Carlos Menem ordenó la intervención de la provincia y quitó autoridad para que prosigan los encubrimientos.

El cuerpo de María Soledad fue llevado para una autopsia en Buenos Aires, dónde se constató que la joven murió tras la inyección de cocaína. Recién en 1996 se inició el juicio oral, con claras muestras de imparcialidad.

Al año siguiente se realizó un nuevo juicio, que finalmente produjo dos condenas. El 27 de septiembre de 1998, Guillermo Luque fue condenado a 21 años de prisión por el asesinato y violación de María Soledad (cumpliría sólo 14 años entre rejas), mientras que Luis Tula fue condenado a 9 años de prisión como partícipe secundario del delito de violación.