Opinión

El PJ y la vice: mucho más que una disputa generacional

El oficialismo se prepara para trabajar por la reelección de Jalil. Descarta que el intendente Saadi patee el tablero y haga su juego. Resta definir quién acompañará en la fórmula. Dusso se niega a dar un paso al costado. Los intendentes y dirigentes jóvenes pelean por ese cargo.
Por Marcelo Sosa

Si no se produce un terremoto que sacuda la calma que se observa en la superficie del oficialismo, todo indica que el gobernador Raúl Jalil se presentará para la reelección y que habrá lista única en el Frente del Todos para las principales categorías. Pero resta definir quién lo acompañará en la fórmula, y eso sí ha desatado una feroz puja interna. Porque lo que está en juego no es la vicegobernación propiamente dicha, sino los resortes de poder que se mueven alrededor.  

No sin conflicto, la decisión por el máximo cargo provincial parece estar tomada. El gesto clave fue la conformación de una lista de unidad en las internas del Partido Justicialista (PJ) el 6 de mayo pasado, que encabezaron la senadora nacional Lucía Corpacci como presidenta y Jalil como vice. El gran ausente fue el intendente capitalino, Gustavo Saadi, quien, según dijo Corpacci, prefirió “dejar su lugar a otro compañero”.  

En rigor, Saadi no podía quedar afuera de la cúpula del partido oficialista. No solo por ser el gobernante del distrito más grande de la provincia, sino sobre todo por tratarse de un referente central en el esquema de poder peronista, que además cuenta con alta imagen positiva -según todas las encuestas- y goza del mayor respeto en la oposición. Cualidades difíciles de encontrar en otros dirigentes.

Pero Saadi ya venía marcando diferencias respecto al armado oficialista. Decía que antes de las candidaturas había que consensuar “un proyecto político” provincial, revisar y cambiar medidas erróneas en la gestión y abrir la participación en decisiones que afectan a todos. Entre otras cosas, jamás fue consultado sobre la fecha de las elecciones, resuelta a solas entre Jalil y Alberto Fernández en Casa Rosada, pese a que Capital representa el 45% del padrón electoral catamarqueño.

Hay quienes aseguran que la puja por la gobernación en el peronismo está cerrada definitivamente. Otros, en cambio, no descartan alguna sorpresa. La incertidumbre terminará pronto: el próximo miércoles 14 de junio deben presentarse en la Justicia Electoral las alianzas que competirán en las PASO, mientras que el 24 del mismo mes tienen que hacerlo las listas de precandidatos.

Por la continuidad en la vice

Donde el juego sigue abierto es en la vicegobernación. La disputa está entablada entre el actual vicegobernador, Rubén Dusso, y un sector de la generación joven que propone al intendente de Tinogasta, Sebastián Nóblega -quien no puede ser reelecto en su comuna-, como principal apuesta, aunque hay más nombres en circulación.

Por la continuidad del vice se pronunció su hijo concejal, Juan Pablo Dusso, quien consideró que el planteo de quienes apoyan a Nóblega es “legítimo, pero inoportuno”, y aseguró que detrás de su padre existe un “70 por ciento de jóvenes que se sienten representados”.

Después recibió otro apoyo obvio: el bloque de senadores oficialistas. Es el titular del cuerpo el que les autoriza designaciones de parientes y militantes, becas, viáticos y otras prebendas crónicas del presupuesto legislativo. Nobleza obliga.

También se llevó un respaldo de un grupo de intendentes del Este, entre los que se encontraban Luis “Lula” Polti, de Recreo, y Elpidio Guaraz, de Santa Rosa. Fue un documento conocido al día siguiente del acto del PJ en FME, donde Dusso fue vitoreado por una docena de militantes que saltaban a su alrededor.

Hace unos días, Dusso se reunió con representantes de las cámaras de Proveedores Mineros; de Servicios Mineros y Energías Renovables; y la de la Construcción. Desde su búnker de prensa se informó que esas entidades “apoyaron la continuidad de Dusso”. No hubo, sin embargo, ninguna frase textual de los empresarios en tal sentido. Por supuesto no se esperan desmentidas. Es el costo de una foto en tiempos electorales.

Reunión de Rubén Dusso con proveedores de la minería.

Dusso lleva 12 años consecutivos en la función pública. Fue ministro de Obras Públicas en los dos mandatos de Lucía Corpacci y vicegobernador con Jalil a partir de 2019. Aunque antes de ambos gobiernos, Dusso tuvo como titular de la Cámara de la Construcción de Catamarca un papel clave en el reparto de obras públicas nacionales durante la gestión presidencial de Néstor Kirchner y la provincial de Eduardo Brizuela del Moral.

Además de su hijo concejal, Dusso tiene a su hija Natalia como vicepresidenta de la empresa estatal CAMYEN. Con ella compartió varios viajes al exterior por cuestiones ligadas a la minería. Podría decirse que esa actividad es una de sus pasiones. Así lo entienden los empresarios del sector que suelen encontrarlo a menudo en el Ministerio de Minería de la Provincia, a cargo de Marcelo Murúa.

En busca de renovación

En contrapartida, quienes se oponen a la continuidad de Dusso en la vice son los intendentes de la nueva camada peronista. Uno de los primeros que salió a marcar la cancha fue Raúl Barot, de Los Altos, quien consideró que “llegó la hora de dar lugar a la generación intermedia” y de “oxigenar al PJ ofreciéndole a la sociedad nuevos cuadros políticos”.

En igual sentido se pronunció la intendenta de Valle Viejo, Susana Zenteno, quien dijo que apoya la reelección de Jalil pero que la futura fórmula oficialista debe renovarse. El candidato a vice, a su criterio, “debería ser un intendente de los que dejan su mandato o una mujer. Lo importante es darle un espacio a los jóvenes. Es necesario cambiar las caras". Nóblega es, de hecho, uno de los intendentes que termina su mandato. Otro que aún no decidió si competirá por la reelección es Guillermo Ferreyra, de FME.

La intendenta de Valle Viejo, Susana Zenteno, pidió un recambio en la fórmula del PJ.

Tanto Barot como Zenteno señalaron que la gestión de Jalil se caracterizó por su impulso “federal”; esto es, por llevar obras al interior y permitir que los intendentes tengan un mayor protagonismo en la escena provincial.

Junto a los intendentes, hay un grupo importante de funcionarios jóvenes de diferentes organismos que trabajan en forma subterránea por un cambio en la oferta electoral del peronismo. “Llevamos 12 años en el gobierno. No podemos aspirar a llegar a los 16 con las mismas caras”, confió uno de ellos.

Días atrás, el ministro de Gobierno de la Provincia, Juan Cruz Miranda, afirmó en el estudio de Radio INFORAMA que la fórmula del Frente de Todos para 2023 será diferente. Subrayó que los “pilares” de la gestión Raúl Jalil fueron “el interior, la juventud y la mujer”, y desafió a los periodistas que lo entrevistaban a jugar al acertijo: “Amalgamen esos pilares y tendrán una pista”, les dijo.

Miranda también aludió a la “foto del desfile” del 25 de Mayo en Valle Viejo, donde Jalil caminó una cuadra solo junto a la presidenta de la Cámara de Diputados, Cecilia Guerrero. Es probable que la imagen haya quedado en el recuerdo luego del controvertido salvataje que Guerrero le dio al fiscal Laureano Palacios en el Jury por su actuación en el caso del crimen del exministro Juan Carlos Rojas. Un voto que, al igual que el del senador Oscar Vera, causó un revuelo en el Gobierno y en el oficialismo legislativo.

En otras palabras, si Guerrero era hasta allí “la mujer” que podría acompañar a Jalil en las elecciones, ahora el Gobierno piensa en el plan B. Opciones no le faltan.