El superclásico entre San Lorenzo y Villa Cubas entró en la historia por ser uno de los más convocantes de los últimos tiempos. No defraudó para nada y terminó como tenía que terminar, con un golazo de Gabriel Luque, un changuito del club, que terminó siendo el héroe de la tarde.
No pudo contener el llanto, apenas hice el gol, no lo podía creer. Es que no hizo cualquier gol, fue uno de media chilena, un verdadero golazo. No paró de llorar hasta después del partido, en medio de los festejos seguía llorando.
Es que hay que ponerse en su lugar, un pibe del club, uno de los primeros partidos importantes para él y marcar ese gol determinando. Y más con la historia que lleva en su espalda, donde perdió a su papá hace un tiempo y abajo de la camiseta lleva otra con la imagen de su padre y la frase, "Papi te extraño. No te olvido".
Es el pilar de su familia y él sigue soñando con el fútbol. Una vez terminado el partido, fue uno de los más buscados por la prensa y en medio de su emoción, dijo: "Estoy contento, no lo puedo creer. Esto fue gracias a mi papá que está arriba, él me bendijo con esto".
Sin poder hablar mucho más, se quebró una vez más y solo atinó a decir: "Gracias por todo viejo, siempre te recuerdo y te tengo presente".
Un momento, un partido que nunca se olvidará Gabriel, aún le queda camino por recorrer y sin dudas será uno de los mejores centrodelanteros de la provincia.
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