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Realizarán un "abrazo mundial" como apoyo al sector científico y tecnológico de Argentina

En el acto centrado en Buenos Aires, leerán mensajes llegados desde diferentes países que incluyen la palabra de ganadores del Premio Nobel, organismos científicos e investigadores particulares.
Por Redacción Inforama

Hoy a las 16 se llevará a cabo un “abrazo mundial” en defensa de los investigadores del país, mediante una acto en el que la comunidad científica entregará a las autoridades del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) más de 1.000 cartas que enviaron investigadores de todo el mundo en apoyo a la ciencia argentina.

La Red de Autoridades de Institutos de Ciencia y Tecnología (Raicyt), junto con la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), presentarán las cartas de instituciones científicas e investigadores de más de 50 países, entre los que se encuentran ganadores de premios Nobel. Los profesionales de Catamarca adhieren con entusiasmo a la iniciativa, que acompaña las manifestaciones que vinieron realizando para frenar el ajuste y desfinanciamiento del sector.

“Lo de hoy es un acto que va a tener epicentro en Buenos Aires, donde se le va a entregar a las autoridades del área mil cartas, un poco para mostrar el apoyo el apoyo ( a la ciencia y la tecnología) y también el rechazo mundial y la preocupación que generan las políticas en términos de la destrucción que pueden implicar”, relató el Dr. José Yuni, investigador principal del CONICET, docente de la Facultad de la Facultad de Humanidad de la UNCA , director del IRES (Instituto Regional de Estudios Socio-Culturales dependientes de la Universidad Nacional de Catamarca y el CONICET) y subsecretario de posgrado de la UNCA.

En este sentido, Yuni comentó a INFORAMA RADIO, que hace un mes se publicó una carta en la cual 68 Premios Nobel, más de mil centros de investigación, investigadores, comunidades científicas de todo el mundo, hicieron llegar su apoyo y pedido de reconsideración de la orientación de las políticas argentinas.

Según contó, en esas misivas se planteó que no hay posibilidad de ser una economía desarrollada, si no hay una inversión en ciencia y tecnología, “incluso que no es posible el bienestar social sin que exista investigación”, manifestó la investigadora.

El CONICET es uno de los 44 organismos de investigación públicos que tiene la Argentina, como el INTA, el INTI, la Comisión Nacional de Energía Atómica, organismos que son muy relevantes para el desarrollo del país y que quedamos bajo la órbita de algún modo de este ataque sistemático y de este hostigamiento también que vivimos muchos investigadores, muchas áreas del conocimiento, e incluso la misma ley bases o el DNU establecieron la posibilidad de que muchos de estos organismos descentralizados incluso fueran privatizados”, expresó. De igual modo, remarcó que la creación de estos organismos llevó años de construcción y terminó por formar un sistema con su propia ley de financiamiento “que no se está cumpliendo”.

También explicó que las universidades son “la otra pata" de la investigación científica en la Argentina. "Para que la audiencia se dé una idea, el 90% de la producción científica y técnica en la Argentina se hace en el seno de las universidades, donde, en nuestro caso, los institutos de Conicet están dentro de las universidades. Y solamente la educación privada aporta el 3% de la investigación que se hace en el país de todas las áreas. Es decir, hay que fijarse el peso que tiene la inversión pública desde las universidades en la producción de conocimiento”, aclaró.

“La semana pasada renunció todo el directorio de la Agencia Nacional de Ciencia, que es un organismo que obtiene financiamiento internacional, es decir que no sale plata del presupuesto. El dinero de la agencia no es con la nuestra, como dicen, sino que viene de financiamiento internacional y es con lo que se financia la mayor parte de los proyectos de investigación del sistema científico y esa agencia anunció que solamente van a mantener el financiamiento de proyectos internacionales y en hacer investigación productiva, que genere recursos o investigación monetizable, dejando de lado lo que puede ser la investigación básica, que es de muy largo plazo, y lo que es la investigación en ciencias sociales. Entonces, también ahí hay áreas del conocimiento que están siendo atacadas, explícitamente, pensando que es superfluo investigar qué está pasando en las sociedades. Qué está pasando con la salud, con la educación, con el acceso a la justicia, con la discapacidad”, detalló Yuri.

"Se trata de una política de negacionismo, de algún modo también de la propia realidad, no solo del pasado, sino del presente porque la investigación genera insumos muy importantes para la toma de decisiones, para la inversión".

José Yuni

Y sostuvo que esto se trata de una “política de negacionismo, de algún modo también de la propia realidad, no solo del pasado, sino del presente, porque la investigación genera insumos muy importantes para la toma de decisiones, para la inversión. Entonces, parar eso es parar uno de los factores clave para la innovación y el desarrollo. Y esto es un poco lo que dicen muchas de las cartas que hemos recibido, es decir, los países más desarrollados, los países como Alemania, Irlanda, Europa, todo eso, tienen una altísima inversión en ciencia, también otros instrumentos y también una inversión del sector privado en el desarrollo de la ciencia”.

“Ayer se anunció que 14 millones de libros no se compraban, chicos que no sabemos de dónde van a tener material de estudio en la escuela primaria. Y justamente el argumento nuestro es al revés, porque somos pobres, tenemos más necesidad de encontrar respuestas y poder invertir en la formación del famoso capital humano”, manifestó.

La investigadora informó además, que la semana pasada los rectores de todas las universidades nacionales "sin distinción de orientaciones políticas", hicieron un documento muy preocupante en el que plantearon que la situación de las universidades es crítica.

Y como reflexión, expresó que “toda acción educativa tiene una finalidad, tiene una orientación ideológica, teórica, pero está claro que la educación en sí misma es un valor. Ese valor de la educación tiene un costo que lo pagamos con nuestros impuestos en educación pública, pero no tiene precio, que es otra cosa”.  

“Esto tiene que ver con una concepción humanista la que se tiene y la que se piensa que el conocimiento es un bien público, no es una mercancía. Y esta es una posición que históricamente tuvo el sistema universitario y que ahora se quiere cambiar la matriz y eso implica quitarle a la sociedad una herramienta para su propio desarrollo”, finalizó.