La provincia de Córdoba se encuentra bajo el asedio de incendios forestales que amenazan con destruir viviendas y la vida de sus habitantes. Estos devastadores fuegos, que comenzaron en Cabalango, forzaron la evacuación de más de 60 personas y desataron un esfuerzo titánico de los bomberos para contenerlos.
El secretario de Gestión de Riesgo Climático de la Provincia, Claudio Vignetta, describió la situación como "complicada", con vientos intensos y niveles de humedad extremadamente bajos. "Estamos protegiendo viviendas y a los brigadistas para que no tengamos heridos y lesionados", agregó.
En el área entre Carlos Paz y San Antonio de Arredondo, uno de los focos más críticos, las llamas avanzan amenazando con llegar a las zonas habitadas. Cuatro aviones y un helicóptero se unieron a la lucha, arrojando agua sobre las áreas de riesgo.
Sin embargo, las imágenes desgarradoras muestran cómo una casa en San Antonio de Arredondo debió ser evacuada a toda prisa mientras los residentes desesperados arrojaban baldes de agua contra las llamas.
La magnitud de la tragedia se refleja en las palabras de Vignetta: "La irresponsabilidad de algunos generó estos incendios y colaboró el viento".
El incendio más grande en el Valle de Punilla habría sido causado accidentalmente por un joven de 27 años que intentaba hacer café en una fogata. Las condiciones climáticas adversas y la propagación rápida del fuego llevaron a su detención por incendio doloso.
El gobierno proporcionó asistencia financiera a varias localidades afectadas, pero la lucha contra estos incendios forestales continúa mientras los bomberos enfrentan condiciones extremadamente desafiantes.
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