Opinión

Las tarifas de luz y agua en Catamarca, entre la bronca y la resignación

El mayor impacto fue en el servicio de energía, sobre todo por la incidencia del tarifazo nacional y la reducción de subsidios. Pero en Catamarca, el salto más grande lo dio la empresa de agua, que subió casi un 300% el costo del servicio y más aún el consumo sin medidor.
Por Marcelo Sosa

El incremento de las tarifas de los servicios públicos en Catamarca en el periodo marzo-abril fue, en líneas generales, similar al de otras provincias comparables. En el caso de la energía, la suba estuvo por debajo del promedio nacional en la mayor parte de los hogares. Con el agua, en cambio, el aumento no solo fue mayor en términos porcentuales, sino que además se extendió el cobro de un monto discrecional que a veces es más alto que el de la luz. Pero la mayoría de los usuarios no averigua qué le cobran ni lo denuncia. Así, la resignación social es funcional al poder del Estado.

La tarifa de energía tiene un componente nacional y otro provincial. El primero es determinado por el Mercado Eléctrico Mayorista (MEM). El segundo es el Valor Agregado de Distribución (VAD) y representa el ingreso que percibe la empresa EC Sapem por distribuir la energía a sus usuarios. Su actualización se establece previa audiencia pública convocada por el Ente Regulador (ENRE).

Además, es diferente el impacto tarifario según los grupos de usuarios clasificados por la Secretaría de Energía de la Nación por su nivel de ingresos, ya que de esto depende el acceso a los subsidios energéticos.

En marzo pasado, se actualizaron los topes de ingresos económicos para la denominada segmentación tarifaria. Los grupos quedaron divididos del siguiente modo:

  • Nivel 1 (alto): hogares con ingresos mensuales equivalentes o superiores a $2.898.553,67 (3,5 canastas básicas para un hogar de cuatro integrantes).
  • Nivel 2 (bajo): ingresos netos menores a $828.158,19 (1 canasta básica total para un hogar tipo).
  • Nivel 3 (medio): ingresos mensuales totales entre $828.158,19 y $2.898.553,67 (entre 1 y 3,5 canastas básicas para un hogar tipo)

En los niveles 2 y 3, se contemplan excepciones en caso de convivir con una persona con certificado de discapacidad.

Los usuarios del nivel 1 no tienen ningún subsidio; los del nivel 2 tienen todo el consumo subsidiado, mientras que los del nivel 3 solamente tiene subsidiado hasta un consumo mensual de 400 kwh.

En el caso de Catamarca, el “subsidio veraniego” para los usuarios N3 fue hasta un consumo de 650 kw mensuales. Pero a partir de marzo, se redujo hasta 400 kwh. Superado ese tope de consumo, la empresa cobra tarifa plana.

En general, se considera que un consumo promedio de un hogar de nivel medio ronda los 600 kwh por mes.

Nuevos valores

Para el trimestre febrero-abril de 2024, la actualización del MEM fue del 114,39% (unos $47 mil) para los usuarios N1 con consumos de hasta 600 kwh. Y del 91,57% (más de $19 mil) para los hogares N3 con el mismo consumo.

A eso se sumó el incremento del VAD. La empresa EC Sapem aplicó un aumento promedio del 106% para el periodo marzo-abril de 2024, se manera que el impacto se verá en las boletas de mayo.

Según detalló el ENRE, las tarifas residenciales Nivel 1 (altos ingresos) tendrían un incremento de entre 8% y 16%, para el nivel 2 (ingresos bajos) entre 66% y 75% y para nivel 3 (ingresos medios) entre 64% y 14% para consumos entre 50 kWh/mes y 1.000 kWh/mes.

¿Cuál es la proporción de cada componente en la tarifa final? De mayor a menor, el MEM representa el 55% del costo total; el 27% son impuestos y tasas y el 18% es el equivalente al VAD. En términos nominales, la EC indicó que el 90% de los usuarios pagarán por el VAD entre $2.700 y $11.800 por mes.

Ahora bien, para tener una idea precisa de cuánto exactamente aumentó el servicio de luz en lo que va del año la comparación no debe hacerse con respecto a la factura anterior sino con la del mismo periodo de 2023. Pero además también se debe tener en cuenta el consumo en sí, si fue mayor o menor a 600 kwh. O, en el caso de la provincia, con un tope de 400 kwh en marzo.

Un caso testigo de un hogar catamarqueño con un consumo promedio de 550 kwh por mes arroja la siguiente variación:

- Periodo 2-2023: costo final $6.530.

- Periodo 2-2024: costo final $15.400

- Incremento: +140%.

Agua que no has de beber…

La empresa estatal Aguas de Catamarca picó en punta este año con el incremento tarifario. A mediados de febrero pasado, solicitó en la audiencia pública un incremento del 296% a partir del bimestre marzo-abril, para aplicar en forma gradual. El ENRE le dio el visto bueno.

Según alegaron las autoridades de la Sapem, desde 2014 hasta la fecha el Ente siempre le autorizó incrementos inferiores a los solicitados, y es por ello que arrastra un déficit financiero que necesita cubrir este año. Es decir, el mismo criterio que aplicó la Agencia de Recaudación (ARCA) con la valuación fiscal de los inmuebles, que de un año a otro aumentó en 400%.

En su presentación, Aguas de Catamarca precisó que factura a un total de 86.528 usuarios. De ellos, 68.389 pertenecen al grupo de consumo medido (79% del total), mientras que 18.139 (21%) son no medidos.

En 2023, la facturación anualizada al tercer bimestre fue de $2.137 millones. El promedio de facturación bimestral por usuario, según informó, fue de $2.522.

Sin embargo, hay notables inconsistencias entre lo que la empresa asegura que factura y lo que efectivamente llega en las boletas a los usuarios, tanto los que tienen consumo medido como los de consumo no medido o “presunto”.

  • Otro caso testigo de una vivienda de barrio, habitada por una sola persona: el consumo de agua figura en “0” (pese a pertenecer a la categoría de “Medido muy bueno agua y cloaca”) y el monto por ese servicio equivale a más del doble de lo que paga por luz ($12.190 contra $5.370)
Factura unificada de un usuario que vive solo y paga el doble por agua que por la luz.

Pero además, también hay incrementos injustificados en los casos del servicio no medido. Un ejemplo: un sitio baldío pagaba $1.300 hasta febrero y en marzo pasó a $14.000. Es decir, diez veces más.

“Usted multiplique por 4, así se va a dar cuenta del aumento que hubo”, explicó, o intentó hacerlo, una empleada de Aguas de Catamarca a un usuario que fue a reclamar por el incremento excesivo del consumo no medido.

Si bien es lógico que la empresa busque equilibrar sus cuentas y sanear el déficit “de arrastre”, no corresponde que lo haga cargando con tarifazos discrecionales sobre los hombros de los usuarios.

Por lo pronto, en abril pasado Aguas de Catamarca, que depende -al igual que la EC Sapem- del Ministerio de Agua, Energía y Medio Ambiente a cargo de Eduardo Niederle, recibió asistencia financiera del Ejecutivo provincial por casi $5.400 millones para gastos de funcionamiento, deudas y obras.

Extractos de los decretos 352 y 355 del ministerio a cargo de Eduardo Niederle.

Pasividad

En medio de la asfixia económica provocada por la inflación y la caída del poder adquisitivo en el contexto del brutal ajuste de la administración de Javier Milei, se conoció una noticia que representa un alivio para el bolsillo de los argentinos: el Gobierno decidió postergar el aumento automático de los servicios de electricidad y gas que debía regir a partir del 1° de mayo.

Porque estamos cómodos en lo fiscal, priorizamos bajar la inflación y no cargar más con gastos de momento a la clase media”, explicó el ministro de Economía, Luis Caputo, en la red social X.

No es poca cosa que haya un freno tarifario luego de una ola de calor histórica que llevó el consumo de energía al máximo en los hogares. Y ahora que, de repente, se presenta un otoño con las temperaturas más bajas que las acostumbradas para la época.

De todos modos, ¿qué hacer si las facturas de agua y luz llegaron con incrementos excesivos o incomprensibles? El reclamo puede presentarse online en la web del ENRE (https://enre.catamarca.gob.ar/index.php/reclamos-online/), o bien en forma presencial en las oficinas del organismo (Sarmiento y Mota Botello)

Sin embargo, es sabido que son muy pocos los usuarios que se toman el trabajo de hacer un reclamo o denuncia. Lo habitual es que la gran mayoría se queje a viva voz en su entorno, en las redes sociales o en soledad, y luego pague como pueda para que no le corten el servicio.

Lamentablemente, esa resignación social es lo que posibilita el avasallamiento a manos de empresas del Estado.