El policía de apellido Astrada, que en un primer momento ubicaba a la acusada en la casa de Juan Carlos Rojas, mientras Nieva sostenía que había estado en su vivienda, ratificó su versión y sostuvo que la podría haber confundido en realidad con Mónica, la hija mayor de la víctima.
De esta manera, el representante de la querella, Iván Sarquís, quien advirtió que no tuvo participación en el careo dispuesto por el fiscal Hugo Costilla, aun cuando es querellante, opinó que ven “cierta liviandad probatoria en la imputación contra Silvina Nieva” y que desconocen “cuáles son los elementos que la atan al proceso”.
Por su parte, el defensor de la única imputada en la causa, y que estuvo privada de su libertad tras el asesinato, Gabriel Díaz dijo que “no hay ni un solo elemento que incrimine a la señora Nieva, incluso hay elementos nuevos que debilitan la imputación y acusación injusta en su contra”, por lo que siguen trabajando en el proceso: “No queremos dejar ningún tipo de dudas sobre la inocencia”.
Díaz aclaró que en primer momento se trabaja en demostrar la inocencia de su clienta por el “daño enorme a su persona, a su nombre, en sus relaciones familiares” que le provocó estar involucrada de esta manera en este hecho, y posteriormente analizará si se toman medidas en contra de quien puso su nombre en el lugar del hecho y que llevó a que hace medio año esté vinculada a la causa.
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