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Santo del día 12 de abril: Santa Teresa de Los Andes

Por Redacción Inforama

La Beata Juanita Fernández Solar, conocida como Santa Teresa de Los Andes, nació en Santiago de Chile el 13 de julio de 1900 en el seno de una familia acomodada que le inculcó valores cristianos desde temprana edad. En 1907, ingresó como alumna externa en el colegio de las religiosas del Sagrado Corazón, donde desarrolló su inclinación a la oración y al bien.

Vocación

El 11 de septiembre de 1910, día en que recibió la primera comunión, resultó ser un acontecimiento fundamental para ella, pues a partir de entonces, cultivó una amistad cada vez más intensa con Jesús. A pesar de las dificultades familiares, como la mala administración de la hacienda por parte de su padre que provocó la pérdida de gran parte de su fortuna, y la desviación de la fe de su hermano Lucho, ella se preocupó por los demás y los ayudó en todo momento.

A los 15 años, Juanita manifestó que Cristo la había cautivado y poco después ingresó en un internado, lo que le provocó una gran tristeza. No obstante, decidió entregarse a la voluntad de Dios y ser una alumna ejemplar. Allí, entabló conversaciones con una de sus maestras, lo que la llevó a iniciar su discernimiento vocacional.

A los 17 años, la lectura de los escritos de Santa Teresa de Jesús la llevó a experimentar la oración como amistad y entrega a los demás. También conoció las obras de Santa Teresita y Sor Isabel de la Trinidad, con quienes sintió una gran afinidad. Decidió que quería ser "casa de Dios" y "alabanza de gloria" y se puso en contacto con la Madre Angélica, priora de las Carmelitas de los Andes, para plantearle su inquietud vocacional.

Una Carmelita Descalza

Después de un año, dejó el internado para aprender a llevar las tareas de la casa y presentarse en sociedad. Era una joven deportista, amante de la naturaleza y alegre, y colaboraba en misiones y daba catequesis y clases a niños de familias desfavorecidas. Si bien no tuvo dudas de su vocación religiosa, sí se preguntaba si debía ser monja del Sagrado Corazón o Carmelita Descalza. Cuando su madre se enteró de su vocación, intentó disuadirla de diversas maneras, pero se sorprendió por la dulzura y equilibrio con que reaccionó.

Finalmente, el 7 de mayo de 1919, ingresó en la comunidad de las Carmelitas de los Andes con el nombre de Teresa de Jesús, después de haber conocido los escritos de San Juan de la Cruz, que la ayudaron en la maduración de su oración. Desde allí, ejerció un verdadero apostolado a través de sus cartas a familiares y amigos, en las que les animaba a cultivar la amistad con Dios, la alegría y la gratitud.

En Semana Santa de 1920, enfermó gravemente y, con alegría y emoción, hizo su profesión religiosa en el lecho, para luego fallecer el 12 de abril de ese mismo año.