La historia de Pedro Armengol es la de un mártir mercedario que nació en Tarragona en el siglo XIII. En su juventud, experimentó la violencia, el error y la delincuencia, rodeado de malas compañías. En un episodio particularmente dramático, Pedro se encontró con su propio padre, Arnaldo, en un enfrentamiento armado. Este último era parte de las fuerzas enviadas por Jaime I para erradicar la delincuencia en la zona. Sin embargo, en un acto de valor, Pedro depuso sus armas, pidió perdón y decidió cambiar su vida.
El joven Pedro Armengol se unió a la Orden de La Merced, participando en campañas de redención. En el año 1266, mientras se encontraba en Bugía, fue capturado como rehén por algunos cautivos. El dinero para su rescate no llegó a tiempo y fue condenado a la horca. Sin embargo, al día siguiente, Fray Guillermo de Firenze llegó con el dinero acordado y lo encontró vivo. La Virgen María lo había protegido y lo había salvado del ahorcamiento. A pesar de este milagro, Pedro vivió con el cuello torcido, secuela del intento de ahorcamiento, durante casi cuarenta años más en el convento de Santa María del Prats. Murió en el año 1304.
La vida de Pedro Armengol es un ejemplo de redención y transformación. Por esta razón, es considerado el Patrono de los jóvenes en peligro. Su historia nos recuerda que siempre hay una oportunidad de cambiar de vida y que, incluso en los momentos más oscuros, la protección divina puede estar presente. En este día de conmemoración, recordamos a San Pedro Armengol y su legado de valentía y transformación.
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