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La historia del hombre que superó un ACV y corrió 100 km: "el deporte me sanó"

Sin dudas, una historia de superación tremenda, de no saber si podía a ser el mismo a correr 100km en las dunas de Fiambalá.
Por Juan Cruz Mercado

Ya habíamos contado la travesía de Roque Delgado, que es oriundo de Tinogasta y que reside en la provincia de Santa Cruz. Es que viene de tener un ACV en la pandemia y lejos de quedarse con el "no puedo" decidió correr el Fiambalá Desert Trail de 100k.

"O no superaba la cirugía o si la superaba iba a tener alguna discapacidad", ¿Tremendo no?, espera que vamos a conocer la historia de Roque que habló con Inforama.

Comenzó hablando desde el principio de esta historia que te va a erizar la piel: "En el año 2020, en plena pandemia, me hacen una cirugía cerebral, una embolización en el hemisferio izquierdo. Ya venia con esa malformación y me derivan de Santa Cruz a Buenos Aires para ver qué se podía hacer. Antes de la cirugía el medio me plantea la situación y me dice q había dos posibilidades. O no superaba la cirugía o si la superaba iba a tener alguna discapacidad. El porcentaje no lo sabían".

Costó y mucho: "Sabia que quería decir pero me costaba pronunciarlas. En cuanto a la pierna la tenia media tiesa y no podía tocarme la punta de los pies con la mano. Y el dolor era insoportable".

El 16 de octubre me intervienen. Y luego de la operación. Empecé con lo q seria un sangrado un ACV hemorrágico. Lo que afecto la parte motriz. Al despertar me costaba mucho articular las palabra

Roque Delgado, sobre el momento del ACV

Siempre con fe: "Ahí comenzó una recuperación, y diciéndome que era muy probable que vuelva a caminar con normalidad y correr que me olvide por los cuidados y el pedimento de ese momento q me generaba la pierna izquierda. Y nada, con fe en dios y con todos los dolores me puse los cortos y empecé de nuevo a caminar".

El momento que se dio cuenta que podía

"La primera vez que lo hice (caminar) fue en plaza frente del congreso que deben ser 700 metros y tardé como casi tres horas en dar la vuelta porque el cimbronazo y cada paso me mataba. Y ahora después de casi año y medio terminé la carrera que cuando no podía correr soñaba con estar en el Fiambalá Desert Trail".

El deporte le cambió la vida

"Yo no sabia que tenia una malformación arteriovenosa y un dolor de cabeza derivó en estudios y generó esta historia. Antes de saberlo, tenía sobrepeso y fumaba dos paquetes de cigarros por día, con lo dañino que es amigo".

Y agregó: "Y Dios me dio una oportunidad y correr me salvó la vida. Yo nueve meses antes de la operación empecé a correr y bajar de peso pensando que era difícil. Pero, nunca pensé que sería tan duro. Le repito, Dios es bueno".