Caminar por el Hospital San Juan Bautista en hora pico es realmente llamativo: prácticamente no hay nadie. El contraste con la cantidad de personas que asisten diariamente a los sanatorios privados habla a las claras de una crisis que hace años se agudiza en la salud pública de Catamarca.
Tras la fuerte disputa salarial que atravesaron los trabajadores de la salud pública en 2022, al Hospital San Juan Bautista se le asignaron partidas presupuestarias y se le prometieron ampliaciones. Sin embargo, nada de esto parece volcar la balanza hacia una atención digna para los ciudadanos.
En octubre de 2022, el Ministerio de Infraestructura y Obras Civiles anunció que se concluyeron una serie de trabajos que llevaban adelante en el Hospital Interzonal San Juan Bautista. Las tareas se realizaron en el sobretecho de la totalidad del sector que se encuentra frente a Avenida Illia, donde se ubican 16 habitaciones.
Según la información, se realizaron trabajos de “restauración los azulejos y se arreglaron las paredes, cañerías de los baños, accesorios, grifería, pintura y electricidad, en el sector de cirugía y aislamiento”.
Así está hoy la zona de quirófanos, sin canillas ni conexión de agua:
Lavadero
Un área clave de cualquier hospital es el lavadero. Allí no sólo se movilizan diariamente grandes contenedores con kilos de sábanas, sino toda la indumentaria de los profesionales de quirófano.
En agosto de 2022, el Hospital adquirió máquinas lavadoras, secadoras y planchadoras para la renovación completa del lavadero. Hasta el día de hoy -mayo de 2023-, ese sector está sin funcionar.
Según indican los propios trabajadores, todo lo necesario para el funcionamiento del Hospital se lava en la Maternidad Provincial y parte de ese proceso es tercerizado a una empresa privada.
Ascensor
También en agosto de 2022, se anunció que la obra de ascensores “se encontraba en ejecución por parte de la empresa adjudicataria ‘Air Total’, y la misma concluiría en unos 60 días”. Al día de la fecha, el ascensor es sólo un hueco tapado.
Mamógrafo
El mamógrafo fue noticia estos días, luego de que la diputada Natalia Saseta denunciara que hace 6 meses no funciona, y todas las pacientes que solicitan su turno son derivadas al sector privado.
Según la diputada, allí las mujeres son atendidas de forma gratuita, pero luego las clínicas facturan al Estado por esta prestación. Es decir: desde noviembre de 2022 se destinó dinero a pagar por un servicio a las clínicas, mientras el aparato del San Juan sigue sin arreglarse.
Problemas sistémicos
A todo esto, se le suman problemas sistémicos que pocos se animan a afrontar. El hecho de que la mayoría los profesionales médicos no perciban sueldos dignos los obliga –como a la mayoría de los trabajadores- a buscar otros ingresos en el sector privado, lo que resiente significativamente al servicio público.
Esta situación podría resolverse con contrataciones full time y salarios dignos, que distribuyan la atención en consultorios durante el día y la noche. Pero pocos se animan a re discutir.
A raíz de esta cuestión el Hospital se recarga en el sector de Emergencias, convirtiéndose prácticamente en una especie de Guardia permanente donde llegan personas con síntomas leves como dolores de garganta hasta accidentados graves. Y todo esto, atendido con personal mínimo.
Dicho todo esto, la pregunta que resta hacerse aquí es: ¿negligencia o conveniencia?