En la mañana del jueves uno de los grupos mixtos que hacía las búsquedas dio con el atleta Felipe Lezana (55), quien estaba extraviado desde el domingo al mediodía. Lo ubicaron en el paraje El Hormiguero, una zona inhóspita ubicada entre 2,5 y 3 kilómetros fuera del trayecto de la competición, cerro arriba.
Una de las cosas que más sorprendió a los baqueanos y al personal de seguridad fue la cantidad de días que pasó sin beber ni una gota de agua ni comida. Se encontraba agotado, pero posteriormente los facultativos que lo examinaron determinaron que estaba en buenas condiciones generales.
Lezana se sintió mal y desorientado, erró el rumbo y no supo regresar. Al verse en la adversidad, tomó una actitud de supervivencia, que posteriormente le contó a quienes lo encontraron.
De acuerdo con el relato al que pudo acceder INFORAMA, el atleta tomó la determinación de quedarse quieto durante el día, momento en el que las altas temperaturas lo agobiaban. Intentaba descansar y estar atento a señales de rescate. Cuando el sol se empezaba a ocultar, comenzaba a moverse nuevamente.
Si bien su rumbo estaba mal orientado, el preservar sus energías en las horas de luz fue una actitud inteligente para no deshidratarse y empeorar su condición física. La zona no cuenta con fuentes de agua en la cercanía y por tratarse de una competencia con un trayecto de 8 kilómetros, solamente tenía papel higiénico en uno de sus bolsillos. Nada para tomar y nada para comer.
Afortunadamente la historia llegó a un final positivo, luego de un enorme despliegue de las fuerzas de seguridad para dar con el corredor.
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