Joaquín, conocido como "Beto sobre Ruedas", comenzó su primer viaje largo en bicicleta en 2016 con un sueño claro pero sin un presupuesto holgado. La venta de sus propios discos para sufragar los gastos del viaje marcó el inicio de una aventura que se ha convertido en una inspiración para muchos.
Su mayor descubrimiento en este viaje es la importancia de la confianza en uno mismo al perseguir un sueño. Beto destaca que no es necesario tener todos los puntos conectados o un plan perfecto, sino una confianza sólida de que el camino proporcionará lo necesario.
En su viaje compartido con Maru, inicialmente rumbo a La Rioja, él tomó la decisión de retroceder y visitar Catamarca. El retroceso de 138 kilómetros valió la pena, según sus propias palabras. Disfrutó de las termas de Fiambalá y se adaptó gradualmente a las aguas termales, compartiendo sus experiencias con humor.
El aventurero en cuestión reveló que, al regresar de Fiambalá hacia el sur, se enfrentó a vientos adversos que hicieron que el trayecto de vuelta tomara tres días en lugar de uno. A pesar de los desafíos, el viaje le deparó noches en lugares encantadores como el camping Los Olivos en Santa Rosa de Tinogasta y una acampada frente a una iglesia en la plaza de Santa Cruz.
La sincronicidad de eventos y casualidades en su travesía se hizo evidente, como las noches en lugares especiales y la sensación de compañía en medio de la soledad del camino. Joaquín también invitó a los lectores a sumergirse en su experiencia a través de su libro "Beto sobre Ruedas, 30,000 kilómetros en bicicleta".
La historia es más que un relato de kilómetros recorridos; es una narrativa de valentía, adaptabilidad y la belleza de lo impredecible en la búsqueda de un sueño. Su travesía continúa, dejando una marca en cada lugar que visita.