Opinión

Timbear en los recreos: crece la ludopatía en las escuelas por los sitios de apuestas

Catamarca no está exenta a la problemática: niños usando plataformas de apuestas. Los nuevos sitios están diseñados para ser estimulantes, amigables y sobre todo similares a los entornos de gaming. La idea es que la experiencia parezca un simple juego.
Por Gustavo Pinto

La rutina de los patios de recreo está cambiando drásticamente en las escuelas. Los chicos pasan de jugar a la pelota a reunirse para hacer apuestas online y muchos papás no tienen idea de lo que está sucediendo.

Estamos en presencia de una epidemia instalada fuertemente, que amenaza con engullir a todos los que encuentre en su camino. La ludopatía, es decir la adicción por el juego de azar, se encuentra en un momento de auge y furor entre los adolescentes.

El 16% de los jóvenes realiza apuestas “online”, según una encuesta realizada por la consultora Opina Argentina, y el número sigue en aumento.

Los juegos de azar online suben en cantidad de usuarios y bajan en edad de los mismos. El ascenso de estas plataformas hace que los chicos pasen de reunirse normalmente, a utilizar sus celulares como un casino móvil, en el cual apuestan cada peso que pasa por sus manos. Empieza con la plata para el refrigerio, con ahorros propios y va escalando en gravedad. Las charlas empiezan a girar en torno a las apuestas y a la búsqueda del dinero fácil y la gratificación instantánea.

Nunca fue más sencillo hacer apuestas, actualmente un niño de 12 años con acceso a una billetera virtual ya puede empezar. Sino, existen los denominados “cajeros”, que son personas que actúan como intermediarios que usan estas plataformas para disimular el ingreso de quienes de otra manera no podrían apostar. Se los puede encontrar en cualquier red social, ofreciendo el verso de hacerse rico en segundos.

Cajero de varias plataformas, ofreciendo sus servicios por WhatsApp.

Catamarca no está exenta de esta problemática y se avizoran los primeros intentos por visibilizar el flagelo y tratar de morigerar sus consecuencias. Se presentaron algunos proyectos en la Legislatura y en el Concejo Deliberante de la Capital. Apuntan a concientizar y abordar el problema, para crear algún registro o programa y no mucho más.

Las Pastorales Sociales, incluida la de Catamarca, se expresaron contra este flagelo creciente: "hay casos trágicos, como suicidios en niños y jóvenes, luego de insertarse en el camino de la ludopatía sin poder salir". "Los chicos fueron dejando el deporte y el juego real por apostar online dentro de las escuelas". Las declaraciones son de Luis Segura, coordinador de la diócesis local.

Regular será un gran desafío: en Argentina cada provincia tiene facultad de legislar sobre juegos de azar y apuestas en línea dentro de su territorio. Es decir que cada autoridad provincial será la encargada de regular o fiscalizar.

A nivel nacional, la falta de control por parte del Estado facilita la proliferación de niños ludópatas. Varios gigantes europeos se vinieron para este hemisferio, buscando regulaciones menos estrictas para desarrollar su actividad.

Casi el 80 por ciento del juego online en Argentina es ilegal, según un informe de la Cámara Argentina de Salas de Casinos, Bingos y Anexos. Esto representa a 11.4 millones de personas que tienen usuarios en sitios no regulados.

Infografía: TN.

El problema de salud mental que se genera por la compulsión en el juego avanza, siendo los niños y adolescentes los más permeables a caer en ellos por estar aún en etapas de desarrollo.

De esta forma, el control parental y el diálogo con los jóvenes se torna fundamental para poder advertir conductas peligrosas. Cuando la adicción al juego se torna incontrolable, las consecuencias negativas se empiezan a hacer visibles en el entorno personal, familiar y social.

¿Por qué este crecimiento?

Los casinos online y los sitios de apuestas deportivas atraen principalmente a jóvenes de 14 a 25 años. Los mismos van cayendo por varios factores, como ser el fácil acceso, sus agresivas publicidades enfocadas en la generación rápida de dinero y las recompensas iniciales para los recién ingresados. Es casi imposible que un chico que pasa varias horas diarias en internet no vea publicidades sobre estos sitios.

Existe una sobre oferta de estas plataformas: los principales sponsors del fútbol argentino son casas de apuestas. Los sitios de apuesta deportiva impactan más en los varones, porque los cautivan bajo la falsa premisa de que si saben de deportes no van a perder su dinero.

Los patrocinios de casas de apuestas ganan terreno en el fútbol argentino.

Los streamers e influencers que consume el público joven también los publicitan. Las suculentas sumas que pagan por publicidad los convierten en una oferta muy tentadora para cualquier persona que se dedique a la generación de contenido como medio de vida.

Un periodista deportivo comentando cuanto se paga si un equipo le gana a otro, un streamer transmitiendo como juega a las “maquinitas”. Se está naturalizando el juego de azar como una mera entretención, como algo fácil y divertido.

Influencers promocionando sitios de apuestas.

Los nuevos sitios de apuestas están diseñados para ser estimulantes, amigables y sobre todo similares a los entornos de gaming. La idea es que la experiencia parezca un simple juego.

Tampoco ayuda el contexto de crisis económica. La falta de oportunidades y perspectivas en los más jóvenes es caldo de cultivo para las adicciones. Los empleos mal pagos, la dificultad para ahorrar, la imprevisibilidad económica y otros factores hacen que la idea de poder multiplicar el dinero de manera repentina parezca una idea plausible.

La ludopatía infantil: un problema complejo

Como cualquier adicción, la compulsión irrefrenable por apostar trae graves consecuencias. En nuestra provincia se complejiza más por la falta de centros especializados para atender la cuestión.

El pensamiento persistente de querer jugar va invadiendo la cotidianeidad hasta que no se puede pensar en otra cosa. El querer apostar cada vez más dinero y comenzar a mentir u ocultar esta pulsión.

Existen muchos testimonios de chicos que terminan con grandes deudas de juego, que los llevan incluso a tomar dinero de sus padres o algún tercero. Las consecuencias no solo pueden ser económicas, empiezan a ser las de cualquier consumo problemático: empezar a perder todo, engañar a los seres queridos, aislamiento, alteración del sueño, obesidad, irritabilidad, violencia, depresión, ansiedad y pensamientos suicidas.

Más que nunca se debe instar al abordaje interdisciplinario. En casa, la familia debe actuar como red de contención. En las escuelas se debe visibilizar y tratar de prevenir, o al menos tratar de detectar y alertar. Las instituciones estatales y las empresas, deberán encontrar la forma de que este negocio millonario pueda continuar, pero sin la monstruosa maquinaria publicitaria y restringiendo el acceso a quienes no deben estar allí.

No se puede continuar perjudicando a los niños que están creciendo en una era de apuestas sin límites.