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Milei y Barrionuevo, el pacto con la casta sindical

¿Quiénes forman parte de la “casta” tan vilipendiada por el libertario Javier Milei? Según sus propias definiciones, hechas en distintas ocasiones mediáticas desde que asumió como diputado nacional, son aquellos que “están en la política y son inmorales”; “los que no aplican políticas (públicas) que favorecen a la gente por proteger sus privilegios”; “los que entienden la política como negocio, las elites y las corporaciones”. Una taxonomía tan marketinera como ambigua.

¿Los sindicalistas crónicos de Argentina, en su mayoría millonarios a costa de los trabajadores y de las prebendas del Estado, no forman parte de la casta? Por lo visto esta semana, Milei está dispuesto a hacer excepciones en el flanco de sus rivales. Por más dignos representantes de esa estirpe perniciosa que sean, con algunos hay que negociar para llegar al poder primero y gobernar después.

La demostración más clara de esta negociación fue el acto con gremialistas y empresarios que el líder gastronómico, el catamarqueño Luis Barrionuevo, le organizó a Milei el viernes pasado en el salón Golden Center de Parque Norte. Todos esperaban que junto al candidato presidencial de La Libertad Avanza (LLA) apareciera el maestro de ceremonias, pero no sucedió. Barrionuevo, con buen tino, se quedó en el complejo gremial de UTHGRA en Mar del Plata, su lugar de reuniones políticas y veraneo desde hace décadas. Eso sí, se ocupó de que asistan al acto del libertario varios gremialistas de la CGT Azul y Blanca.

Javier Milei en Parque Norte, el último viernes. El acto fue organizado por Barrionuevo.

Milei también debió aceptar que una foto con el sindicalista no ayudaría en nada a su lema de campaña: “Una Argentina distinta es imposible con los mismos de siempre”. Barrionuevo hizo su desembarco en la cúpula de UTHGRA en 1979 cuando tenía 37 años. Fue designado en el cargo por el delegado de la dictadura militar en el área, el coronel Carlos Manuel Valladares. Es decir, lleva 44 años al frente del sindicato. Un auténtico “mismo de siempre”.

De la simpatía al acuerdo

La secuencia pública del acercamiento entre Barrionuevo y Milei comenzó a fines de agosto pasado. De paso por Catamarca debido a una cita judicial, el gastronómico hizo declaraciones a la prensa y tocó varios temas candentes. Uno de ellos fue el batacazo del liberal en las PASO del domingo 13. “Cada día simpatizo más con Milei. Así que creo que va a ganar sin chicote, creo que gana en primera vuelta", afirmó.

Hace dos semanas, ambos mantuvieron un encuentro a puertas cerradas. Allí, según coincidieron varios medios nacionales, Barrionuevo le habría propuesto a Milei conseguirle fiscales para las generales del 22 de octubre en la propia tropa peronista. A cambio, el gastronómico tendría participación en el gabinete de Trabajo si gana Milei, para poner gente de su confianza en la Secretaría del área y en la Superintendencia de Servicios de Salud, el órgano de control de las obras sociales nacionales y la medicina prepaga.

Barrionuevo tiene experiencia (y apetencia) en esos enclaves de poder de los gobiernos. En 1989, Carlos Menem lo designó al frente de la ANSSAL (Administración Nacional del Seguro de Salud), en retribución por su apoyo político y económico (le habría donado un millón de dólares para la campaña). En Catamarca, el gobernador Raúl Jalil le cedió el control del Ministerio de Desarrollo Social, que Barrionuevo maneja con gente propia desde 2019.

Muy lejos quedó aquella foto de Barrionuevo con el ministro del Interior, Eduardo “Wado” De Pedro, en marzo pasado, cuando le levantó la mano en señal de espaldarazo a su candidatura presidencial. Un mes antes, les había dicho a sus colegas sindicalistas que debían apostar por el funcionario kirchnerista. “Pónganle una ficha a Wado”, fueron sus palabras.

Si algo sabe hacer bien el mandamás gastronómico es apostar a ganador y acomodar el cuerpo en los cambios de mando.

Cumbre con Massa

Hoy domingo, Jalil estará en una cumbre de gobernadores del Norte Grande en Salta. Si bien se trata de una reunión ordinaria del grupo, esta vez tendrá un condimento adicional: en el cierre estará el ministro de Economía y candidato presidencial de Unión por la Patria, Sergio Massa. Es de suponer que de allí saldrá un apoyo explícito para su campaña.

En diálogo con INFORAMA, el gobernador Jalil dijo que el objetivo del oficialismo nacional es llegar al balotaje. “Puede ser con Milei o con (la candidata de Juntos por el Cambio, Patricia) Bullrich, no hay que subestimar a nadie”, aseguró. “Y esa será una elección completamente nueva”, afirmó.

Este viernes, en cambio, Milei habló ante sus seguidores de la primera hora y los añadidos por Barrionuevo y remarcó la importancia de reforzar el trabajo de fiscalización. “Si va más gente a votar vamos a tener un ‘viva la libertad, carajo’ en primera vuelta”, dijo con el mismo tono eufórico con el que se expresó toda la noche.

Y si bien cargó las tintas, una vez más, contra los “políticos corruptos”, las “víboras” y la “manga de brutos” que manejaron el país en las últimas dos décadas, se cuidó de no decir nada sobre los gremialistas presentes y ausentes.

El pacto quedó al desnudo. La “casta” es la de los políticos que enfrentará en octubre. Afuera quedaron los sindicalistas que lo ayudarán a contar los votos y podrían mediar en una eventual reforma laboral con altos costos políticos.

El camino a la Casa Rosada supone alianzas indeseables, pero necesarias.

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