Catuchas

Viral: por la falta de recursos, un docente rural de Fiambalá enseñó como hacer carbonillas

Matías Barrionuevo transforma la escasez de materiales en oportunidades de aprendizaje, llevando la creatividad a las aulas de escuelas rurales en el norte de Tinogasta.
Por Lourdes Costanzo

Cuando los materiales escasean y las condiciones son difíciles, el ingenio y la pasión por la enseñanza se convierten en los mejores aliados. Este es el caso de Matías Barrionuevo, un docente rural de Fiambalá que, a pesar de los obstáculos, logró enseñar educación artística con recursos limitados. Su trabajo, que incluye clases de plástica y teatro en las escuelas del norte de Tinogasta, dejó una huella notable en la comunidad.

Barrionuevo, oriundo de Tinogasta capital pero residente en Fiambalá, trabaja en diversas escuelas de la zona, como Tatón, Palo Blanco, Punta del Agua y La Puerta de Tatón. En este contexto, la falta de materiales es un desafío constante. “Cuando llegamos a pueblos tan pequeños, no tenemos todos los recursos didácticos disponibles. Ahí surge la necesidad de ser creativos y encontrar soluciones con lo que tenemos a la mano”, explicó a la prensa Barrionuevo.

Uno de los ejemplos más destacados de su creatividad es el uso de carbonillas, un material propio del lugar. "En una pequeña localidad como Palo Blanco, donde hay menos de 100 habitantes, no hay librerías ni mercados. Entonces, busqué cómo hacer más carbonillas para que los chicos pudieran seguir aprendiendo", relató el docente. A partir de allí, no solo los alumnos tuvieron acceso a las carbonillas, sino que también aprendieron el proceso de fabricarlas, generando un aprendizaje que fue más allá de las clases de arte.

Además, su compromiso con la comunidad se refleja en su trabajo en murales. En Tatón, lideró la creación del primer mural del pueblo, un proyecto que permitió a los estudiantes tener contacto con el arte, utilizando témperas debido a la falta de materiales más duraderos. A pesar de las limitaciones, el mural sigue intacto después de dos años de sol y lluvia, testimonio de la resiliencia de la comunidad y de la enseñanza en circunstancias adversas.

La historia de Matías Barrionuevo es solo un ejemplo de los sacrificios y logros de los docentes rurales que, más allá de la enseñanza académica, juegan un papel fundamental en la comunidad. “Ser docente rural es mucho más que enseñar, es ser trabajador social, médico, amigo… Haces muchos roles en uno", reflexionó Barrionuevo.