En una noche histórica para el cuarteto, 2 gigantes de la música, Walter Olmos y La Mona Jiménez, se encontraron nuevamente en la ciudad de Córdoba para ofrecer espectáculos que movilizaron a miles de personas.
Olmos, el joven cantante catamarqueño, y Jiménez, considerado un ícono del cuarteto, se habían cruzado antes cuando "La Locomotora" era un niño desfavorecido en las calles de Catamarca.
Pero el sábado 5 de mayo de 2001, la rivalidad parecía tomar forma cuando ambos ofrecieron espectáculos en lugares cercanos: Walter en La Vieja Usina y La Mona en el Estadio del Centro. A solo 100 metros de distancia, aparentemente, por un cambio de escenario que realizó Carlos Jiménez a último momento.
Ese día, La Voz del Interior publicó: "Para el concierto que Walter Olmos ofrecerá hoy, se habilitaron en primera instancia tres mil entradas, que se agotaron en cinco horas el último día del mes de abril. La Municipalidad tardó un tiempito en autorizar dos mil más, y se instaló la sospecha de que a Walter le estaban 'embarrando la cancha'. Entretanto, su disco A pura sangre, grabado en vivo en Tucumán, se vendió a buen ritmo en las disquerías de la Docta. Todo sucede en un momento en que los grandes del género cuartetero no editan nuevos registros. No obstante, Walter es comprado como fenómeno por todos los noticieros".
"Carlitos 'Mona' Jiménez, por su parte, se mostró inquieto por el impacto generado por el catamarqueño. Él no dio la cara, ni expresó ninguna queja, pero sus voceros sí. Dijeron algo así como: '¿Por qué tanto lío con este mocoso?' o 'Al lado de un baile de Carlos, cinco mil personas en la Vieja Usina es una fiesta de cumpleaños'. Esta reacción, llegó hasta la rueda de chismes de Telepasillo, donde informaron que Jiménez iba a regalar una casa el mismo día en que Olmos hiciera la Vieja Usina".
La prensa llegó a especular con una competencia feroz, titulando "Arde el cuarteto". Finalmente, la noche fue un homenaje al género, ya que ambos artistas llenaron sus respectivos recintos y demostraron que el cuarteto estaba más vivo que nunca.
A pesar de la rivalidad mediática, Olmos expresó su agradecimiento a La Mona Jiménez por la ayuda que le brindó en su juventud, y la historia dejó claro que no había rencores entre las 2 leyendas. La realidad demostró profundo respeto mutuo. Esa noche ganó el cuarteto.
"Cuando lo vi le agradecí por lo que él me ayudó a mi cuando andaba en la calle de Catamarca, que me daba diez pesos para que comiera con mi mamá y mis hermanos. No hay ningún rencor ni pueden hablar nada sobre él y sobre mí".
Walter Olmos
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