Catuchas

Con 74 años, viaja de Catamarca a la Bombonera para ver a Boca: la historia de "Lapicito"

Luis Alberto Juárez de 74 años, cada vez qué puede deja todo, inclusive los estigmas de la edad y se va a ver a su amado Boca Juniors.
Por Lourdes Costanzo

A él todo el mundo lo conoce como "Lapicito", tiene 74 años. Trabajó toda su vida en la municipalidad de la capital y hoy jubilado, se dedica a ser vendedor ambulante. ¿Qué lo hace especial? El amor que Luis siente por Boca Juniors, que trasciende todos los obstáculos que nos podamos imaginar.

Todos sabemos que el amor y la pasión por los colores de un club trasciende cualquier límite de distancia, de tiempo o de lo que sea. No es una novedad que los hinchas muchas veces están dispuestos a hacer locuras por demostrar su pasión y sus sentimientos. Pero igualmente estos casos siguen llamando la atención, Lapicito viaja desde Catamarca a los partidos que Boca juega de local. El viaje entre ida y vuelta suma cerca de 30 horas en colectivo, pero éste "Abuelo Bostero" lo comparte con mucha alegría. En La Bombonera, se siente como en el patio de su casa, como dijera alguna vez Juan Román Riquelme

Lapicito en las tribunas

Luis conoció La Bombonera por primera vez en el año 64 pero es al día de hoy que sigue viajando a ver a su amado equipo disputar esas batallas de 90 minutos. Actualmente hizo más de 15 viajes "Me emocioné muy mucho cuando fui, hasta las lágrimas. Me emociono mucho cuando hablo de Boca. porque es un sentimiento, a Boca lo amo y así lo llevo en el alma” cuenta con los ojos empapados.

Lapicito viaja a la cancha con su nieto Brian. Él trabaja en el Mercado de Abasto Municipal y es también fanático. Fue de allí que revivió la llama del hombre: abuelo y nieto viajan orgullosos, acompañándose a su lugar en el mundo.

Brian y Lapicito en La Bombonera

A Lapicito le queda un sueño: ver a Boquita campeón

Lapicito sueña con ver a Boca campeón y estar ahí, en las tribunas para verlo dar la vuelta olímpica. Eso seria para el Abuelo boquense lo mas grande que puede pasar. Aclara que espera que su corazón aguante ese momento de emoción.

Boca (y cualquier otro club) muchas veces significa casi todo o todo en la vida de un hincha, que en ese partido se siente más vivo que nunca, Lapicito está dispuesto a todo por ir, viaja los todos los kilómetros que tiene que recorrer para estar cerca, para alentar, para ver el partido en las tribunas y volver al mismo bondi de regreso a la provincia natal.

“A Boca hay que amarlo” dice y claro que Lapicito y así lo vive, cada vez que se lo ve moverse al ritmo de comparsas por las calles de La Boca, todo embanderado. Baila, salta y disfruta, cuando está allá se da cuenta que la edad es solo un número.

Boca es un sentimiento dice Lapicito ¡Y vaya qué lo demuestra!