Durante ayer por la tarde, miles de devotos y peregrinos renovaron su amor a la Santísima Virgen del Valle, en el cierre del Septenario conmemorativo del 131° aniversario de la Coronación Pontificia de la imagen cuatro veces centenaria. La Solemne Procesión retomó el recorrido de hace 9 años, partiendo desde la plaza El Maestro, en cuyas inmediaciones sobre avenida Belgrano se ubicaron las casi 60 delegaciones de peregrinos e instituciones inscriptas para rendirle su tributo.
Alrededor de las 17.00 comenzó el paso de los grupos delante de la Sagrada Imagen, tras lo cual se dispuso la ubicación de las religiosas y religiosos, sacerdotes del clero local y de otras diócesis, y el obispo diocesano, Mons. Luis Urbanc, para dar inicio a la Solemne Procesión con la Santísima Madre del Valle escoltada por la Guardia de Honor de Bomberos.
Mientras se desgranaban los misterios gloriosos del Santo Rosario se sucedían los 12 relevos de los grupos que tuvieron el privilegio de llevar en andas la urna con la bendita Imagen: Gauchos, Defensa Civil, Servidores Marianos, Gendarmería Nacional, Aguas de Catamarca, EC Sapem, SAME, Policía Federal, Servicio Penitenciario Provincial, Guardianes de la Virgen, Infantería y Jefatura de la Policía de la provincia. Luego de bordear la plaza 25 de Mayo, la Imagen llegó al Paseo de la Fe donde se realizó el acto de cierre de las festividades.
En su alocución final, Mons. Urbanc se dirigió a la Madre del Valle rogando “por todos los obreros del mundo -que conmemoraban su día- y para que haya trabajo remunerado para todos a fin de que las familias tengan lo suficiente para vivir dignamente”.
Luego de la bendición final con el Santísimo Sacramento, con cantos, vivas, pañuelos al aire y mucha emoción, la Madre Morena ingresó al Santuario en brazos de Mons. Urbanc, quien la colocó nuevamente en la urna del Camarín, donde permanecerá hasta las próximas fiestas de la Inmaculada Concepción.