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Conciencia ambiental: el Día de la Madre Tierra nos recuerda que no hay planeta B

La fecha impulsa el compromiso colectivo por el cuidado del ambiente y la defensa de los territorios.
Por Lucas Segura

Este 22 de abril se conmemora el Día Internacional de la Madre Tierra, una fecha que nos invita a reflexionar sobre el cambio climático, la crisis ambiental global y la necesidad urgente de transformar nuestras prácticas para preservar el planeta.

Estamos atravesando un contexto alarmante marcado por el cambio en la temperatura global, consecuencia directa de la pérdida de la capa de ozono y otras alteraciones ambientales provocadas por la actividad humana. En este escenario, se vuelve imprescindible abandonar la inercia de “seguir haciendo las cosas mal” y construir caminos posibles hacia un futuro más sostenible.

De 1970 a la ONU: una historia sobre conciencia ambiental

El Día de la Tierra se celebró por primera vez en 1970. Dos años después, en 1972, tuvo lugar la Cumbre de la Tierra en Estocolmo, la primera conferencia internacional sobre el medio ambiente, donde se sentaron las bases para proteger el agua, la flora, la fauna y promover la educación ambiental.

En 2009, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) declaró oficialmente el 22 de abril como el Día Internacional de la Madre Tierra, con el propósito de recordar la interdependencia entre los seres humanos, el resto de las especies y el planeta.

Un documento clave en esta evolución fue la Carta de la Tierra, finalizada en el año 2000, que representó uno de los procesos más inclusivos en la elaboración de una declaración internacional. Su enfoque central es la transición hacia modos de vida sostenibles y el desarrollo humano sostenible, destacando la integridad ecológica como uno de sus pilares fundamentales.

Preservar el ambiente, una responsabilidad compartida

Los motivos para proteger el ambiente y los ecosistemas son múltiples. En el plano jurídico, existen leyes y tratados que buscan garantizar el derecho a un ambiente sano, tanto para los habitantes actuales como para las futuras generaciones. Esto cobra aún más importancia frente a los ecosistemas que se encuentran en situaciones frágiles por condiciones climáticas extremas.

También hay una dimensión económica: en un modelo productivo que prioriza la explotación de recursos naturales, urge pensar en un desarrollo que contemple la sostenibilidad, el cuidado del suelo y la recuperación de sus nutrientes a través de prácticas respetuosas con el entorno.

Tierra, cultura y vida en Catamarca

En Catamarca, el cuidado de la tierra también está presente en prácticas ancestrales como las celebraciones por el Día de la Pachamama, cada 1° de agosto. En la cosmovisión diaguita, la tierra es un ser vivo al que se honra mediante ofrendas y rituales de agradecimiento. Aunque cada fecha responde a distintas tradiciones, el mensaje de fondo es el mismo: la protección de la naturaleza como sustento de vida y fertilidad.

Ambas celebraciones son esenciales para promover la conciencia ambiental y generar vínculos más respetuosos con la Madre Tierra.

El pedido es claro: que se presenten mejores políticas de mitigación y conservación de la tierra, y que se realicen estudios de impacto ambiental sobre los proyectos que se presenten en los territorios. La protección del ambiente no puede ser solo una consigna simbólica, sino una exigencia concreta a quienes toman decisiones que afectan los ecosistemas y las comunidades.