La tensión se apoderó de la sede de la AMIA en el barrio de Balvanera, cuando un llamado anónimo alertó sobre la presencia de una bomba en el lugar. La Policía Federal desplegó un operativo que incluyó la intervención de la división Explosivos y canes, quienes inspeccionaron meticulosamente el edificio durante casi dos horas.
Afortunadamente, el resultado de la inspección fue negativo, sin encontrar ningún artefacto explosivo. El llamado de alerta se recibió a las 14.22 en la Comisaría Vecinal 3C de la Policía de la Ciudad, generando una rápida respuesta de las autoridades.
La calle Luis Pasteur al 600 se convirtió en el epicentro del operativo, con la presencia destacada de bomberos de la Policía Federal que revisaron minuciosamente tanto el edificio de la AMIA como sus alrededores. A pesar de la tensión, la mutual judía continuó funcionando con normalidad, sin necesidad de evacuación, aunque se realizaron cortes preventivos de calles en la zona.
Desde la AMIA, se destacó que la intervención policial se llevó a cabo como parte de los protocolos de seguridad establecidos. La revisión, a cargo de la división Explosivos de la PFA y canes detectores de explosivos, abarcó tanto el interior como el exterior del edificio, asegurando una exhaustiva evaluación del lugar. Pasadas las 16.15, la inspección concluyó con un alivio generalizado al confirmarse el resultado negativo.
Este episodio de amenaza de bomba revive el recuerdo de uno de los momentos más oscuros de la historia reciente argentina: el atentado a la AMIA en 1994. Este año se conmemoran 30 años de aquel suceso que dejó 85 personas fallecidas y cientos de heridos. La reciente sentencia de la Cámara Federal de Casación Penal, que atribuyó el ataque a la República Islámica de Irán y la organización terrorista Hezbollah, reavivó el interés por esclarecer y juzgar a los responsables de este crimen de lesa humanidad.
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