En un comunicado oficial, la Diócesis de Catamarca expresó su repudio ante los actos de violencia policial ocurridos el pasado once de abril en la comunidad originaria de Peñas Negras–Aguas Calientes, ubicada en el norte del departamento Belén. La Diócesis lamentó profundamente que la violencia haya sido empleada como medio de resolver conflictos y destaca la asimetría de fuerzas entre el Estado y la pequeña comunidad afectada.
El comunicado de la Diócesis de Catamarca incluye declaraciones directas que reflejan su postura y preocupación frente a los hechos de violencia en Peñas Negras. Se menciona: "La violencia no es el camino para resolver conflictos" y se hace hincapié en la necesidad de un diálogo respetuoso y constructivo entre las partes involucradas.
La comunidad catamarqueña se solidariza con los afectados por estos actos de violencia, especialmente con la comunidad originaria de Aguas Negras–Aguas Calientes, y hace un llamado a la responsabilidad y el respeto por los intereses ancestrales de las comunidades originarias en cualquier proyecto de desarrollo, en este caso, el minero.
"El ejercicio de la violencia no es el camino para recorrer", enfatizó el comunicado, instando a privilegiar el diálogo como herramienta fundamental para resolver controversias y diferencias de intereses. La Diócesis también aplaudió la medida tomada por el Ministerio de Minería al solicitar el retiro de la empresa minera de la zona de conflicto hasta contar con el aval y la licencia social de la comunidad originaria.
La paz y la armonía en el territorio catamarqueño son objetivos prioritarios para la Diócesis, que finalizó su comunicado reiterando la importancia de no legitimar la violencia en ninguna circunstancia y abogando por un diálogo abierto, franco y fecundo como vía para resolver las diferencias y construir un futuro de entendimiento y desarrollo sostenible.