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El Obispo presidió la Celebración de la Pasión del Señor y la Adoración de la Santa Cruz

“Aprovechemos de profundizar nuestra relación con Dios por medio de la oración fervorosa, consciente, hecha con fe, esperanza y mucho amor”, dijo Mons. Urbanč.
Por Redacción Inforama

Durante la tarde de este 29 de marzo, la comunidad católica de Catamarca rememoró el Viernes Santo con la Celebración de la Pasión en los templos de todo el territorio diocesano, y el rezo del Vía Crucis en diferentes lugares.

Recordamos que en este día no se celebra la Misa, en su lugar se realiza la Liturgia de la Pasión del Señor y se venera la Cruz.

En la Catedral Basílica y Santuario de Nuestra Señora del Valle, la ceremonia litúrgica se realizó a las 15.00, y fue presidida por el obispo diocesano, Mons. Luis Urbanč, acompañado por los presbíteros Gustavo Flores y Ramón Carabajal, el rector y capellán del Santuario Catedral, respectivamente, revestidos con ornamentos rojos, en recuerdo de la sangre derramada por Jesucristo en la cruz.

La misma comenzó con la postración delante del altar como signo de pequeñez ante la inmensidad del amor de Dios, mientras los fieles acompañaron este momento puestos de rodillas.

Luego del relato de la Pasión, Mons. Urbanč se refirió a la importancia de cultivar la oración sobre todo en este año, observando como “una revelación del Espíritu Santo” el hecho de que haya surgido de los grupos de trabajo de la Asamblea Diocesana de 2023 la necesidad de ésta para que el camino sinodal dé frutos. Y coincidentemente, en enero de este año el Papa Francisco propuso que este 2024 sea dedicado a la oración como preparación al Jubileo de 2025.

Por ello invitó a que “este Viernes Santo lo vivamos desde la perspectiva de la oración. Es necesario orar”, dijo recordando cuando Jesús, “terminada la Última Cena, se fue con los discípulos al Huerto de los Olivos y allí con tres de ellos: Pedro, Santiago y Juan, se retiró a un lugar más apartado de los otros, y les pidió: ’Recen conmigo porque las horas que tengo por delante son duras, difíciles’”. Sin embargo, aquellos a quienes les pidió que lo acompañaran se durmieron.

“Luego de tres horas de oración, de estar en intimidad con el Padre, de estar pidiendo fuerzas, el evangelista Lucas, que tenía conocimiento de medicina, señala que el sudor de Jesús eran gotas de sangre, por la tensión que estaba viviendo antes de lo que le iba a suceder”, describió.
También mencionó la traición que tuvo que experimentar Jesús cuando Judas lo entrega por 30 monedas de plata, y luego Pedro lo niega.

Más adelante exhortó a que “aprovechemos de profundizar más nuestra relación con Dios por medio de la oración fervorosa, consciente, hecha con fe, esperanza y mucho amor. Cuando uno se pone en la presencia de Dios se pone en la presencia del amor. Y como respuesta tengo que amar”.
“Esto es lo que nos enseña Jesús, y lo quería contextualizar sobre este punto tan importante que el Papa y nuestros laicos, que eran casi cien ese 28 de octubre representando a toda la diócesis en clima de conversación espiritual, han sido iluminados por el Espíritu Santo para afirmar que la oración es lo prioritario si es que queremos que nuestro camino sinodal dé frutos”, afirmó.

Hacia el final invitó nuevamente a que “hagamos oración, le pongamos calidad a nuestro trato con Dios nuestro Padre, y entonces sí podremos ver fructificar nuestras vidas, nuestra comunidad cristiana, nuestra sociedad argentina podrá dar muchos frutos gracias a que estamos unidos a Dios”.

También hubo peticiones, hechas de manera solemne por la Iglesia, el Papa, nuestro Obispo Luis, los demás obispos y los sacerdotes, por todo el pueblo de Dios, por los catecúmenos, los cristianos, el pueblo judío, por quienes no creen en Cristo, por quienes no conocen a Dios, por los gobernantes de todas las naciones y por todos los que sufren las consecuencias del pecado en el mundo.

Adoración de la Cruz y Colecta para Tierra Santa

Un momento muy significativo fue la Adoración de la Cruz, que fue llevada por el Obispo desde el ingreso al templo por la nave central hasta el Presbiterio, donde los sacerdotes besaron la Cruz y después lo hicieron todos los fieles.

En este momento se realizó la colecta destinada al mantenimiento de los Santos Lugares en Israel y Palestina, donde vivió terrenalmente Nuestro Señor Jesucristo. Los encargados de mantener estos lugares son los Franciscanos Custodios de Tierra Santa.

A continuación se colocó el mantel en el Altar y el celebrante invitó a los fieles a rezar el Padre Nuestro como de costumbre. Luego se distribuyó la Comunión con las Sagradas Formas reservadas en el Monumento el día anterior, o sea, el Jueves Santo.

También se hizo memoria de los dolores de la Santísima Virgen María junto a la Cruz con el canto, y se invitó a los fieles a esperar junto a Ella la llegada de la Resurrección del Señor en la Vigilia Pascual del sábado a la noche.

Vía Crucis

A las 20.00 se realizará el Vía Crucis alrededor de la plaza 25 de Mayo llevando las imágenes del Cristo yacente y de la Virgen Dolorosa y San Juan.