En un documento elaborado por el rector de la UNCA, Ing. Oscar Arellano, con aportes de decanos de todas las Unidades Académicas, la UNCA realizó un reclamo al Consejo Interuniversitario Nacional y al Ministerio de Educación de la Nación.
Días pasados se conoció que el Gobierno Nacional modificó el presupuesto 2023 y reasignó 14 mil millones de pesos para el desarrollo de la educación superior, destinando fondos a 25 universidades nacionales, cuando el sistema está compuesto por 57 universidades de carácter público. De las 25 universidades beneficiarias, 13 se encuentran en el conurbano bonaerense.
“Como no se explican ni fundamentan las razones de esta distribución que beneficia a estas 25 universidades, es razonable pensar que es un acto discrecional y una discriminación hacia el resto del sistema universitario”, consideran en el escrito.
De acuerdo a lo informado en el documento, la UNCA sigue los caminos institucionales para solicitar los fundamentos de esta medida y reclamar las medidas correctivas que pudieran corresponder en el seno del CIN (Consejo Interuniversitario Nacional) que reúne a todas las Universidades públicas y en la SPU (Secretaría de Políticas Universitarias del Ministerio de Educación de la Nación).
Uno de los principales argumentos es la insuficiencia de fondos para desarrollar a pleno las funciones fundamentales de la Universidad pública (educación, investigación y extensión) lo que fue generando diferentes mecanismos e instrumentos para el financiamiento extrapresupuestario de estas actividades, las que dependen básicamente de decisiones políticas del poder de turno. Por ejemplo, la creación de nuevas carreras, que requiere la incorporación de docentes para su dictado, laboratorios, equipamientos, software, conectividad, etc.; exige que la Universidad presente un programa ante la SPU para la implementación de estas nuevas carreras, lo que tiene que ser aprobado y financiado a través de contratos o programas por parte de Nación. Este mecanismo hace que no todas las universidades tengan iguales posibilidades de que el financiamiento le sea otorgado. De la misma manera, los gastos de infraestructura se gestionan y asignan por fuera del presupuesto asignado a cada universidad. El análisis de la distribución de esos fondos muestra que la asignación de obras no es equitativa.
En tal sentido, se resalta en el escrito que “Universidades del conurbano bonaerense que tienen menos de 15 años tengan un crecimiento muy importante en cuanto a infraestructura, mientras que en otras como la nuestra, de más antigüedad, el crecimiento es lento y paulatino. La asignación presupuestaria para ciencia y tecnología en las universidades es paupérrima, absolutamente insuficiente, lo que las obliga a buscar en otras ventanillas los recursos para hacer ciencia y tecnología”. La presentación agrega que: En esta búsqueda de fondos tienen ventaja competitiva las grandes universidades con equipos científicos consolidados en desmedro de aquellas que, por contexto o historia, no tienen la suficiente masa crítica de científicos. A pesar de la escasa asignación presupuestaria para ciencia y tecnología de las universidades, el sistema universitario sigue siendo el más prolífico en la producción científica. Los servicios a terceros, convenios de innovación y desarrollo tecnológico con instituciones, empresas, etc., constituyen una fuente adicional de recursos financieros y de bienes.
Para las universidades localizadas en un entorno productivo y empresarial desarrollar esta vía de ingresos es muy importante lo que no ocurre con universidades como las de Catamarca, hecho que profundiza las asimetrías existentes.