Reconstruir sobre el dolor no es tarea fácil, y solo quienes atraviesan ese camino lo saben. La importancia que cobra la red afectiva que acompañe y aliente es vital para pensar una vida digna de ser vivida, a pesar de todo.
A María Espeche le arrebataron la vida de su hija hace dos años y 7 meses. El femicida ya cumple su condena a reclusión perpetua y permanecerá en prisión por 50 años, sin ningún tipo de beneficio carcelario.
La Justicia hizo su parte y ahora María puede darse la oportunidad de seguir transitando la vida resignificando su existencia. El transitar por los procesos judiciales la fortaleció y hoy acompaña a muchas familias que perdieron a sus hijas e hijos en manos de violentos. Sabe que su presencia es un apoyo simbólico y un grito hacia los poderes del Estado para que de una vez por todas, escuchen.
“Ayer me anime a participar de la Maratón Mundial por primera vez. Por cierto que ya venía trotando de a poquito gracias a mis hermanas y al profesor Julio Ibáñez que nos entrena, y que me motivaron a esto para poder aliviar un poquito mi dolor”, contó María en un posteo de Facebook.
María logró pasar la meta de los 10 kilómetros y pese al cansancio, no se dejó vencer. “Mi niña me acompañó en cada paso que di ayer. No me dejó rendirme. Estuvo ahí dándome fuerzas diciéndome “dale ma que vos podes”.
Cerró su posteo con un mensaje para todas las madres que perdieron a sus hijas en manos de femicidas.
“Se puede de a poquito salir adelante. Hacer cualquier actividad que las motive para aliviar y convivir con el dolor que siempre lo llevaremos, hasta encontrarnos con nuestras niñas amadas. Gracias mi niña por darme fuerzas para seguir por tus hermanos. Te amo por siempre mi Brendita”.
María Espeche, madre de Brenda Micaela Gordillo, víctima de femicidio