Vecinos del sur de la ciudad, junto al Padre Alberto Norles, se avocaron a la construcción de un oratorio. El lugar lleva como nombre “Fraternidad Santa María Magdalena”. El obispo de Catamarca Luis Urbanc visitó el lugar y algunos presentes lo increparon por no ayudar en la obra y por la designación de un nuevo cura.
Esto se debería a que Norles profesa una doctrina un tanto diferente a la de la Iglesia Católica Apostólica Romana. No depende ni administrativa ni económicamente del Vaticano.
Una mujer le dijo a Urbanc que nunca se acordaron de colaborar, mientras el monseñor se encontraba de pie con un micrófono dirigiéndose a los feligreses, y un hombre le reprochó por estar “pregonando odio, desuniendo”. Ante esta situación, el obispo les dijo “hablen todo lo que quieran”, “le estoy diciendo la verdad, escúchenme”.