Ana Sánchez adoptó a Catamarca como su hogar, durante la pandemia y nunca más la dejó. La mujer se dedica a la venta de pulseras personalizadas e invita a todos los que pasan a jugar una partida de ajedrez. Esta es una historia de resiliencia y amor por la vida.
"Yo jugaba al ajedrez cuando era joven. Pensé en volver a Córdoba, pero Catamarca me agarró. Comencé a jugar en los años 80´s, participé de 3 torneos nacionales", explicó Ana en entrevista con este medio.
La "dama del ajedrez" pasa sus días en su puesto de trabajo, en el centro de la Plaza 25 de Mayo de San Fernando del Valle de Catamarca. Sin embargo, a pesar de su dulzura, la mujer ha superado una serie de obstáculos en su vida.
Sánchez, con un poco más de 60 años ha sufrido la pérdida de su mamá y su hermana más chica. Situación que la empujo a regalar todas sus posesiones en Chile y cruzar hasta Catamarca. Ana pensaba en retornar a Córdoba, dónde también vivió un tiempo, pero terminó quedándose en la provincia.
El apuro hace que los catamarqueños, muchas veces, no le presten atención a Ana. Trabaja de lunes a sábados por la mañana entre frases motivacionales que comparte con los transeúntes y sus nudos para pulseras nuevas.
La dama expresó que muchas veces la gente no se acerca, por miedo a que les cobre por la partida nueva de ajedrez y que los niños son, sobre todo, los que vencen ese prejuicio.
"Comparto lo bueno, esto no tiene nada que ver con el dinero. No es lo que tenemos, sino lo que disfrutamos nuestra abundancia. Lo que me gusta del ajedrez es que hay mucho para pensar", comentó Sánchez.