Hace seis años, a través de la cuenta oficial de Facebook de la Municipalidad de la Capital se anunciaba con mucho entusiasmo la llegada de “nuevos amigos” a la recientemente reinaugurada Alameda.
“Desde hoy en el ambiente natural de nuestro Paseo viven estos hermosos gansos. Recordá no alimentarlos. Van a ser alimentados con alimento exclusivo para ellos” rezaba la publicación, que inmediatamente empezó a viralizarse.
En marzo de 2017, la gestión municipal estaba a cargo del hoy gobernador Raúl Jalil. La obra de refacción de La Alameda fue una de las más importantes de la gestión y marcó un sello distintivo en el perfil del mandatario, que luego sería replicado en varias plazas cabeceras de departamento.
Sin embargo, la decisión de los gansos no fue bien recibida y trajo más de un dolor de cabeza para la Dirección de Espacios Verdes.
“Pueden quedar bonitos, estéticos y pueden poner mil pretextos de por qué los pusieron ahí. Pero los animales no son objetos y menos para nuestra atracción, son seres vivos. Lo peor que pudieron hacer es sacarlos de su hábitat natural, ellos también sienten” rezaba uno de los 356 comentarios que tuvo la publicación en Facebook, todos en un sentido muy similar.
Y claramente, los gansos no estaban cómodos en su nuevo hábitat. Comenzaron a circular fotos donde se los veía deambulando por la estación de servicio Shell del Automóvil Club Argentino, y a los pocos días apareció uno muerto.
La idea duró poco. Las asociaciones proteccionistas de animales pusieron el grito en el cielo y la Municipalidad debió dar marcha atrás con la medida, resguardando a los gansos en un espacio adecuado.
Raúl Jalil debió recibir a las asociaciones proteccionistas “Dame una garrita” y “Rescate Animal”. Junto con ellas, coordinaron la reubicación de los siete gansos recuperados y se comprometieron a “consultar con las proteccionistas” cualquier decisión de política pública que incluya animales.