Decisión forzada. Que el empresario de la construcción Rubén Dusso haya sido en 2019 el compañero de fórmula de Raúl Jalil por el Frente de Todos fue resultado del pacto interno con Lucía Corpacci, quien lo defendía de todas las críticas. Jalil lo aceptó a regañadientes, aunque consciente de que la política funciona con estas negociaciones.
Por esos meses, mientras Jalil era intendente de la Capital y ya sonaba como seguro candidato a gobernador sostenía que Corpacci tenía ministros, como Dusso al frente de Obras Públicas, que ya estaban demasiado desgastados y que el Gobierno necesitaba un recambio.
El ”desgaste” de Dusso se vinculaba con su participación como operador de la repartija de obras nacionales durante el gobierno de Néstor Kirchner (2003-2007). Si bien por entonces en Catamarca gobernaba Eduardo Brizuela del Moral, del Frente Cívico y Social, Dusso era quien organizaba la cartelización de la obra pública nacional con las empresas locales desde la Cámara de la Construcción que entonces presidía.
De hecho, el Gobierno provincial había quedado relegado a un segundo plano en esa distribución. Las obras nacionales pasaban directamente por el filtro de la Cámara, la cual elevaba al Gobierno nacional la nómina de las empresas designadas para llevar adelante determinadas obras. Era un secreto a voces que la adjudicación suponía el pago de un porcentaje para los adjudicadores.
Y quien recibía esos listados era nada menos que el controvertido exsecretario de Obras Públicas José López, condenado en 2019 por corrupción tras el escandaloso caso de los bolsos con millones de dólares que revoleó en un convento de monjas.
Un año antes, en octubre de 2018, la Fiscalía Federal de Catamarca había imputado a López y a Dusso en el marco de la investigación abierta por los “retornos” en la obra pública. La sospecha era que los empresarios fueron extorsionados a pagar coimas para acceder a obras. Pero la causa no avanzó más allá de esa instancia.
Cuando Lucía Corpacci asumió como gobernadora en 2011 designó a Dusso al frente de la cartera de Obras Públicas. No podía estar en otro lugar, por cierto. Se mantuvo allí hasta que llegó el turno de Jalil al frente de la gobernación.
Cambio de rubro
Con Jalil como gobernador y Dusso como vice, los espacios de poder político tuvieron un giro clave. Dusso empezó a ser algo más que el jefe del Senado provincial o el sucesor formal del Gobernador: de a poco fue ocupando un rol más activo en el área de la minería, una fuente de ingresos y un prominente ámbito de negocios.
Tal inserción fue de la mano de la designación de su hija, Natalia Dusso, como vicepresidenta de Catamarca Minera y Energética Sociedad del Estado (CAMYEN SE), la empresa creada en 2012, durante el primer gobierno de Corpacci, con el objetivo primordial de “promover el desarrollo de la minería” catamarqueña.
Hasta hace un año, la única “posesión” que tenía CAMYEN era Minas Capillitas, el yacimiento andalgalense de donde se extrae la rodocrosita, una piedra semipreciosa sin par en el país. No obstante las insistentes gestiones de la Provincia, la mina aún pertenece a la Dirección General de Fabricaciones Militares (DGFM). Catamarca detenta una suerte de “concesión” por el que pagaría un canon de 6.000 dólares mensuales.
Antes de llegar a CAMYEN, Natalia había ocupado varios cargos públicos de cierta relevancia. En 2013, fue designada por Cristina Kirchner al frente de la delegación provincial del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), una función que detentó hasta 2018, cuando fue desplazada por el gobierno de Mauricio Macri. Es decir, estuvo tres años bajo un signo político distinto.
Igual el desempleo le duró un suspiro. En octubre de ese año, Corpacci la designó como subsecretaria de Planificación de la Provincia, un organismo por donde pasan todos los proyectos de inversión pública.
Al año siguiente, con Jalil gobernador, Natalia pasó a CAMYEN, donde se mantuvo hasta hoy pese a todos los cambios de presidente que tuvo esa empresa: Guillermo Haddad, Jorge Solá Jais y ahora Susana Peralta. Una demostración clara de que la cuota de poder de Rubén Dusso en el esquema político provincial no se toca.
Pese a que CAMYEN depende de auxilios financieros permanentes del Ejecutivo provincial para solventarse, Natalia Dusso es una de las funcionarias que más viajes al exterior suma:
- En noviembre de 2022 acompañó a su padre Rubén a una “misión institucional” a Australia, solo para una reunión cordial con la Cámara de Minerales y Energía de Australia del Oeste. “Se invitó a los miembros de la Cámara a conocer la provincia y se buscó establecer también un vínculo entre los actores de la industria minera en la provincia y los directores de la Cámara australiana”, informó el parte oficial.
- Entre fines de enero y principios de febrero pasados, estuvo en Tucson, Arizona (USA) para visitar una feria internacional de gemas y minerales. Y etiquetó en su muro de Facebook a la diputada provincial Natalia Ponferrada, a raíz de una iniciativa conjunta sobre artesanos en piedra. “Hay que avanzar cuanto antes con lo conversado”, escribió. No se informó nada acerca de si hubo algún convenio.
- Entre el 5 y el 8 de marzo próximo Natalia Dusso estará nuevamente en la feria minera de Toronto, Canadá. Una cita que no se pierde desde que está en la minera estatal.
O sea, en solo cinco meses acumulará tres viajes internacionales cuyos resultados prácticos o los beneficios tangibles para la Provincia son desconocidos.
CAMYEN, el ente oscuro
A pesar de que CAMYEN asegura ser una empresa “transparente”, poco y nada se sabe de su estructura de ingresos y gastos, de sus inversiones, de la venta de rodocrosita y de su planta de personal.
Por caso, la empresa aún adeuda la respuesta a un extenso pedido de informes realizado hace un mes por el diputado provincial Alfredo Marchioli (UCR), que el propio gobernador Jalil dijo que sería contestado por los directores.
Uno de los puntos requeridos fue una “contribución figurativa”, es decir, sin contraprestación, costo ni devolución, de 80.000.000 de pesos por parte de la Caja de Créditos y Prestaciones (ex CAPRESCA) a CAMYEN, cuyo destino es una incógnita, aunque se supone que se trata un auxilio financiero para cubrir el déficit.
Hay más, sin embargo. En el último Boletín Oficial se publicó una modificación vía decreto del Ministerio de Minería del valor del índice que percibe Natalia Dusso, que ahora pasará tendrá un sueldo equivalente al índice 2.10, o sea, equivalente al cargo de ministro del Poder Ejecutivo provincial. En números, unos 600 mil pesos mensuales.
En otras palabras, el sueldo de Dusso como vicepresidenta de CAMYEN, al igual que sus frecuentes viáticos para el exterior, no los paga la empresa sino la cartera de Minería. Un verdadero contrasentido porque no debería cobrar lo mismo que el titular del área, hoy Marcelo Murúa.
El decreto (N°158/23) de Minería confirma no solo la falta de transparencia de CAMYEN respecto a su organización interna, sino que además ratifica que la empresa es efectivamente un agujero deficitario del Estado provincial.
Cada vez son más las explicaciones que el Gobierno provincial debe dar a la comunidad sobre el manejo de una “empresa” que no funciona como tal.