"Es una cosa de locos lo que se vive, ver como gente de otros lados del mundo admira cómo vive el argentino la experiencia de ir a la cancha, de alentar y saltar, se contagian y quieren hacer lo mismo”, le contó Juan Pablo Cerezo a INFORAMA.
Juan Pablo es otro de los catamarqueños que logró llegar hasta Doha, la capital de Qatar donde se está jugando la Copa del Mundo. Está con su papá y su hermano, además de otro grupo de amigos que venían planeando todo desde enero.
Lograron conseguir entradas para ver las dos victorias de la Selección Argentina, contra México y Polonia, guardándose así una experiencia irrepetible en sus vidas. “Es una locura lo que moviliza Messi y Argentina, lo que genera el fútbol y el hincha argentino”, reflexionó Juan Pablo.
Las mareas de camisetas argentinas que salen de los subtes y se dirigen hacia la cancha cantando “muchachos, ahora nos volvimos a ilusionar” contagian a todo el que lo ve de cerca. “Cuando te sacás fotos en grupo, se acerca gente de cualquier parte a querer sacarse fotos. Quieren cantar lo mismo que cantás vos y se van aprendiendo la melodía”, cuenta nuestro comprovinciano.
“Hay gente de tantos lados que uno piensa ‘de donde nos van a conocer estos’, pero hay gente de India, coreanos, pakistaníes, todos fanáticos de Messi y de las hinchadas argentinas”.
Juan Pablo Cerezo.
En un principio, Juan Pablo estaba un poco escéptico de ir al Mundial, pero se decidió del todo gracias a su hermano y no se arrepiente en ningún momento: “Esto no se vive más en ningún lado, desde ir a la cancha y ver la gente en el subte, la emoción es muy linda y por ahí no sabés si lagrimear”.
“El partido contra México estuvo picante, había muchos de ellos, quizás un sesenta por ciento y el cuarenta hinchaban por Argentina pero había muchos extranjeros con la camiseta”, detalló.
Ver jugar a Messi
Obviamente, le preguntamos a Juan Pablo sobre las sensaciones que le generaron ver de cerca al capitán de la albiceleste: “Lo había visto antes en un partido en Córdoba y también en Barcelona. Es increíble lo que juega, anoche estábamos en el arco de atrás y cuando corre con la pelota parece que la lleva pegada, no se entiende cómo puede agarrar esa velocidad y llevarla así”. Otro que le causó mucha admiración fue el “Fideo” Di María.
De turista
El clima en Doha está similar al otoño catamarqueño, cuenta Juan Pablo. Al igual que muchos argentinos allá, se enfermó un poco en los primeros días y tiene la explicación. “Se sufrió el clima porque los aires acondicionados te liquidan”. En los subtes, supermercados, shopping, pero sobre todo en los estadios, la refrigeración es intensa y requiere tener un abrigo a mano.
El lugar es muy particular: “Son tres millones de habitantes en una isla muy chica y hay casas de sobra, se nota que pusieron muchísimo dinero, hay construcciones nuevas y es una cultura totalmente distinta”. Una las cosas que más lo sorprendió fue lo religioso, “a las cinco de la mañana salen a rezar y a las seis de la tarde se escucha otro rezo también”; otra sorpresa fue la comida que “es completamente distinta”.
Al momento de hablar con él, había llegado a conocer un poco la ciudad, que está repleta de edificios altos y la zona del centro con sus hoteles. También se llegó por la zona denominada “La Perla”, “donde se nota el nivel adquisitivo en los autos y en otras cosas, es impresionante”.
La próxima meta de Juan Pablo junto a su papá, su hermano y sus amigos, es poder presenciar el partido contra Australia, para el cual estaban buscando entradas. Sería quizás el último que llegarían a presenciar y hasta ahora llevan dos victorias en dos partidos.
Vamos que se puede.