“¿Viste que están las famosas con esto de encapsular la placenta para después ingerirla? ¿Qué onda eso?”. Como todo, hay mucha información dando vuelta y mientras más se investiga, más cosas aparecen.
Vamos por parte. Es cierto, se está hablando mucho de este tema luego de que muchas mujeres de espectáculo que recientemente fueron madres, contaran que accedieron a la medicina placentaria en sus pospartos. Entre ellas, Evaluna Montaner, Jennifer López y las argentinas Juana Repeto y Agustina Kämpfer, quien contó el último fin de semana todo lo que se puede hacer con la placenta: Desde cápsulas, cuadros y hasta instrumentos musicales.
¿Pero qué tiene de bueno consumir placenta?
Antes de explicar, hay que decir que no hay suficientes estudios que comprueben los beneficios de esta práctica. Lo dicen las especialistas de Catamarca y muchas referentas de divulgación científica a nivel mundial.
Lo que sí sabemos es que la placentofagia es una práctica milenaria, y de hecho muchos mamíferos lo hacen apenas dan a luz a sus crías. Se cree que ésta conducta favorece la lactancia haciendo más rápida la bajada de la leche, pero también aumentando su valor nutricional.
En términos generales, se dice que consumir la propia placenta (luego de pasar por el proceso de deshidratación, molida y encapsulada) puede ayudar a:
•Restaurar la energía tras el esfuerzo del parto.
•Aportar hierro, minerales y vitaminas.
•Balancear los niveles hormonales.
•Reducir los loquios o sangrado post parto.
•Aumentar la cantidad de leche y mejorar la calidad de la misma.
•Ayudar al útero a contraerse a su tamaño original.
•Prevención de la depresión postparto
¿Hay quién asesore en Catamarca?
Claro que las hay. Una de ellas es la Licenciada en Obstetricia y especialista en parto humanizado, Ana Verónica Reinoso. Trabaja en la Maternidad Provincial y se define como una "defensora de los derechos de las mujeres en el embarazo y el parto".
“Las embarazadas cada vez preguntan más, y nuestro trabajo es orientarlas. Lamentablemente en Catamarca no hay quienes se dediquen a la homeopatía placentaria, pero sí hay mucha oferta sobre todo en Buenos Aires, donde se preparan tinturas madre y cápsulas de placenta”, explicó.
Guardiana Primal, un sitio de La Plata (Buenos Aires) al que pudimos acceder, ofrece el servicio de encapsulado pero aclaran una cuestión: “La placenta debe viajar con refrigeración. Mientras la placenta no pierda el frío, puede llegar perfectamente a nuestras manos. Siempre la cantidad de cápsulas dependerá del tamaño de la placenta, pero aproximadamente pueden resultar entre 90 y 120 cápsulas”.
El precio por el encapsulado de placenta ronda los $10.000, sin contar el traslado.
“El registro de la gente que lo consumió, habla maravillas de esta práctica. Sí hay que recalcar que no hay suficiente investigación que acredite los beneficios. La medicina placentaria es individual. Es decir, tu placenta es para vos, no la consume otra persona”, aclara la Lic. Reinoso.
¿Es la única forma de consumir la placenta?
No, y la alternativa no es apta para gente que se impresiona fácilmente.
La especialista explicó que la primera opción son los licuados de placenta. “Se la licua con frutas y se la toma, así de simple. Hay quienes optan por esta alternativa, y separan otra porción para los encapsulados”.
“De la placenta se pueden hacer un sinfín de cosas. Se hace alquimia placentaria, grabados del árbol de la vida. En Catamarca no es usual que las mujeres pidan sus placentas, pero quienes lo hacen suelen hacer rituales de entierro y agradecimiento”, concluyó.