En el tribunal del juicio por jurados contra José Aguilar, acusado del asesinato del policía Diego Chávez, Eugenia Guerrero, la esposa de la víctima, brindó un testimonio que conmovió a todos los presentes.
Guerrero detalló el inmenso sufrimiento que enfrenta ella y su familia desde el fatídico evento. Su relato incluyó los efectos devastadores del crimen en su bienestar emocional y el impacto duradero en sus hijos, reflejando una tragedia familiar que va más allá de la pérdida de un ser querido.
Guerrero describió cómo el asesinato de su esposo alteró profundamente su vida cotidiana. Las secuelas psicológicas son severas, afectando tanto su estabilidad emocional como la de sus hijos. La testigo enfatizó la ausencia de Diego Chávez en momentos cruciales de la vida familiar.
Durante el proceso judicial, los testimonios de albañiles que trabajaban frente a la vivienda del acusado aportaron un nuevo giro a la causa. Los trabajadores confirmaron que el oficial Chávez estaba vestido con el uniforme reglamentario en el momento del ataque, desmintiendo la versión presentada por la defensa de Aguilar. Esta discrepancia es crucial, ya que el uniforme era un elemento significativo en la argumentación sobre la identidad y el contexto del enfrentamiento.
Además, los albañiles relataron que, en el momento del ataque, Chávez estaba siendo agredido con un arma blanca, y que las piedras que lanzaron hacia el agresor fueron un acto desesperado para detener el ataque. De no haber intervenido, aseguraron, el agresor habría continuado apuñalando a la víctima, lo que refuerza la noción de una acción violenta y deliberada por parte de Aguilar.
El abogado querellante, Leonardo Carrasco, utilizó estos testimonios para fortalecer el caso contra Aguilar, enfatizando que las versiones de los testigos contrarrestan las alegaciones de la defensa.
El juicio por jurados continúa su curso, con la comunidad atenta a las próximas declaraciones y evidencias que se presenten.
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