Los Nocheros demostró la vigencia de su horizonte musical y su calidad vocal arriba del escenario. Fue un reencuentro soñado entre la banda salteña y el público catamarqueño, que no dudó en cantar y corear cada una de las canciones que Rubén Ehizaguirre, Mario y Álvaro Teruel interpretaron, con el apoyo de un trío de voces en coros, durante la noche del sábado 20 de julio, en el escenario mayor de la principal fiesta cultural de Catamarca.
El repertorio giró en una producción que apuntó a celebrar los veinticinco años de un disco emblemático para la banda, como fue Signos. Por ello, se escucharon canciones como “Entre el Cielo y La Tierra”, “Cosa Peligrosa” y “Amor de Papel”, entre otras. Para el final no estuvo ausente “La Yapa” y algún que otro clásico que el público pidió durante la noche.
Los artistas con tonada catamarqueña también tuvieron su cálido momento arriba del escenario, pudiendo mostrar ese arte que los distingue en esta tierra y fronteras afuera. El chacarero Hugo Nanni fue muy aplaudido, demostrando su vigencia y su fiel estilo de cantarle siempre a su tierra y en especial a su amado Valle Viejo.
El cantautor belicho Pascual Gutiérrez plasmó su identidad musical por medio de su característico repertorio construido con composiciones propias como “Soñando en los Caminos”. Algo similar sucedió con el capayense Freddy Romero, que aportó su particular estilo folclórico y mantuvo en alto el clima festivalero.
La siempre vigente formación de Carafea demostró su nivel artístico y plasmó un concierto que demuestra claramente porqué se ha transformado en una de las bandas folclóricas catuchas con mayor proyección a nivel país. Encabezado por la voz de Rafael Salas, y acompañado por exquisitos músicos locales, la banda interpretó canciones como “Cuando Vuelvo a Catamarca”, “La Voz de un amigo” y “La Despedida”, plasmaron un cálido clima que se adueño de los aplausos de la gente.
El timbre de la voz femenina estuvo reflejado en las puestas en escenas que plasmaron Leticia Aranda y Luz Segura. La pomanista entregó un repertorio con su característico semblante de música nativa, acompañada de los sonidos que entrega su clásica caja vidalera; e invitó a la gran Nadia Larcher a compartir escenario. Por su parte, la cantora chacarera demostró su evidente crecimiento artístico e interpretó, entre otras, su propia composición titulada “Tricotando Poncho”, con la cual le brindó un homenaje a la principal fiesta folclórica de Catamarca.
La tradicional formación belicha de los Hilos del Viento también aportó esa impronta tan particular e identitaria de los pueblos del interior profundo de esta provincia, la que se sumó a la propuesta que puso en escena Compañía de Danzas Femeninas Eulalia y el tradicional y reconocido Ballet Pepe Díaz. El color y la danza también llego de la mano de un cuadro emblemático propuesto por el Ballet Piriqui Pérez.
El cierre de la penúltima noche se caracterizó por abrir el escenario a la propuesta cuartetera desplegada por la reconocida banda cordobesa Q`Lokura, que entregó sus clásicas canciones ante un público que acompañó el show hasta el final. Promediando la presentación sonaron temas como “Me Espera Algo Mejor”, “Después de Ti”, “Cuantas Veces”, “Te Felicito”, “Quiéreme Así” y “Universo Paralelo”, para cerrar con “Tu Foto” y “Yo Era”. Tampoco faltó la particular versión de la canción “Eterno Amor”. De esta forma, el dúo conformado por los cantantes Nicolás Sattler y Facundo “Chino” Herrera entregó sus melodías y se adueñó de los últimos aplausos y ovaciones de una noche muy especial se vivió en esta 53° edición de la Fiesta del Poncho. Clima bien festivalero y fiesta total.