Antes de que las computadoras y los dispositivos electrónicos dominaran la escritura, las máquinas de escribir fueron las herramientas esenciales para plasmar ideas en papel y conectar a personas en todo el mundo.
En la Feria Provincial del Libro de Catamarca, un apasionado coleccionista, el abogado Marcelo Salazar montó un fascinante museo que rinde homenaje a estas máquinas icónicas, ofreciendo a los visitantes un vistazo a la historia de la escritura y la comunicación.
Marcelo Salazar, además de su profesión legal, se considera anticuario y reunió una asombrosa colección de más de 400 máquinas de escribir, algunas de las cuales se exhiben en la Feria del Libro de Catamarca.
Este museo temporal, ubicado en el segundo hall de ingreso al Salón Peregrina Zárate, permite a los visitantes sumergirse en la nostalgia de una era en la que el sonido de las teclas y el "clink" al finalizar una línea eran parte de la rutina de escritura.
El coleccionismo es un acto apasionante, y para Salazar, la búsqueda de piezas raras y auténticas joyas fue una parte integral de su vida. Según él, "la pasión del coleccionista no se agota, cuanto más tenés, más querés, más investigás, más estudiás".
Su interés en las máquinas de escribir comenzó en su hogar, donde siempre había estas máquinas debido a la profesión de su padre. Con el tiempo, se convirtió en un experto en el tema y encontró muchas máquinas interesantes en Catamarca.
Entre las piezas destacadas en su museo se encuentra la segunda máquina de escribir de la historia, que data de 1890 y presenta un sistema de escritura no visible, lo que significa que la persona que escribía no podía ver lo que estaba escribiendo. También se exhibe la Bennet, considerada la máquina de escribir más pequeña y diseñada para mujeres que ingresaron al mercado laboral a través de la dactilografía.
La alemana Mignon es una rareza con solo 15 ejemplares en el mundo, con un sistema que involucra un tutor y un panel para seleccionar letras, mientras que una tecla genera la impresión y el espacio. El museo también presenta máquinas de hojalata de la década de 1950, algunas de juguete pero funcionales, junto con máquinas de una sola tecla, portátiles y plegables, y modelos muy antiguos con un diseño conocido como "alas de murciélago" debido a la disposición de las teclas. El recorrido termina con la popular Lexicon 80, la clásica máquina argentina que se utilizaba en juzgados y oficinas públicas.
Esta exhibición en la Feria Provincial del Libro recuerda la evolución de la escritura y la comunicación a lo largo de los años, así como un homenaje a un tiempo en el que las máquinas de escribir eran las herramientas de elección para autores, periodistas y profesionales de todo el mundo. Los visitantes tienen la oportunidad de explorar este apasionante rincón de la historia hasta el domingo 15 de octubre.