Este 3 de mayo se conmemora la festividad de San Felipe Apóstol, uno de los doce apóstoles de Jesucristo, cuya vida es relatada en los evangelios y en los Hechos de los Apóstoles. Nacido en Betsaida, Galilea, en los inicios del siglo I d.C., Felipe fue pescador y misionero. Aunque su nombre es de origen griego, era judío de nacimiento y se convirtió en seguidor de San Juan Bautista antes de que Jesús lo llamara a unirse a su grupo de discípulos.
La vida de San Felipe Apóstol es principalmente conocida a través del Evangelio de Juan, que relata algunos episodios en los que aparece en el magisterio de Jesús, como cuando preguntó sobre la comida de la multitud antes del milagro de la multiplicación de los panes y los peces, o cuando unos griegos que querían ver al Mesías se acercaron a él en Jerusalén. Tras la muerte y resurrección de Jesús, según los apócrifos Hechos de Felipe, el apóstol fue enviado junto con su hermana Mariamne y Bartolomé a predicar en Grecia, Siria y Frigia.
Martirio, muerte y legado
San Felipe apóstol murió en el 71 d. C., en Hierápolis, Turquía. De acuerdo con el Martirologio romano, fue crucificado y enterrado bajo unas piedras en Escitia, cerca de Hierápolis.
La Iglesia católica conserva sus reliquias junto a las del apóstol Santiago el menor en la basílica de los Santos Apóstoles de Roma. En 2011, un equipo de arqueólogos italianos afirmó haber descubierto su tumba en Pamukkale, antigua Hierápolis.
A menudo se le representa simbolizado por una cruz, una piedra, una serpiente, una cesta llena de pan (en referencia al milagro de los panes y los peces), una cruz patriarcal y una cruz con una escuadra.
La Iglesia católica conmemora su festividad el 3 de mayo (junto con la de Santiago el Menor) y la Iglesia anglicana el 1 de mayo. Santo patrón de lugares como: San Felipe de Puerto Plata, República Dominicana, San Felipe de Aconcagua, Chile o San Felipe Apóstol, localidad del municipio de Texcoco, México, entre otros.
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