El 25 de abril se conmemora la vida y obra de San Esteban de AntioquÃa, un valiente obispo y mártir que luchó por defender la doctrina de la divinidad de Cristo en tiempos del emperador romano Zenon. Este santo fue perseguido y arrojado al rÃo por los herejes que no aceptaban el Concilio de Calcedonia, en el cual se rechazó la doctrina del monofisismo y se defendió la plena divinidad de Cristo.
La vida de San Esteban de AntioquÃa es un ejemplo de coraje y fidelidad a los principios del cristianismo. Durante su época, la Iglesia se encontraba dividida por disputas teológicas y polÃticas, especialmente en relación a la naturaleza de Cristo. Los monofisitas, que creÃan que la naturaleza de Cristo era divina y humana al mismo tiempo, se oponÃan a los que defendÃan la doctrina de que Cristo tenÃa dos naturalezas distintas, la divina y la humana.
San Esteban de AntioquÃa se alineó con los defensores de la plena divinidad de Cristo, y en su labor como obispo predicó esta doctrina con valentÃa y pasión. Sin embargo, esto le acarreó la ira de los herejes monofisitas, quienes lo persiguieron y finalmente lo arrojaron al rÃo para silenciar su voz.
Pero la memoria de San Esteban de AntioquÃa no fue borrada, sino que se ha mantenido viva a lo largo de los siglos. Su ejemplo ha inspirado a numerosos cristianos a defender la verdad y la justicia, incluso en situaciones de peligro y adversidad. Además, su figura ha sido honrada en la liturgia y la iconografÃa cristiana, convirtiéndolo en un santo venerado en todo el mundo.
En este dÃa de conmemoración, es importante recordar la valentÃa y el compromiso de San Esteban de AntioquÃa, asà como su lucha por la defensa de la verdad y la justicia. Su legado es una invitación para todos los cristianos a ser fieles a los principios del evangelio y a luchar por la unidad y la paz en el mundo.