Hoy conmemoramos a Santa María Cleofé, una figura importante en los Misterios Centrales de nuestra Fe, que está muy vinculada a los días del Triduo Pascual. Se dice que era la esposa de Cleofás, quien posiblemente fuera el discípulo del mismo nombre que acompañó al Señor a Emaús después de resucitar de entre los muertos. La Escritura discute cuál de las Marías mencionadas en los Evangelios era María Cleofás, pero lo que está claro es que ella y su esposo eran parte del grupo de los Doce Apóstoles y que estaban presentes en los días Santos de la Santa y Gloriosa Pasión.
Según algunas tradiciones, María Cleofás también fue esposa de Alfeo antes de casarse con Cleofás después de enviudar. Otras historias cuentan que, tras la muerte de su esposo, ella acompañó a la Virgen María, quien también estaba viuda, y crió a sus hijos junto al Niño Jesús durante su juventud. San Juan Evangelista la llama hermana de la Madre de Dios y afirma que estaba al pie de la Cruz junto a ella.
Santa María Cleofé también es recordada por haber acompañado a Santiago el Mayor en su viaje a España. Se dice que después de la muerte del apóstol en Ciudad Rodrigo, ella se estableció en Santiago de Compostela, donde fue muy venerada. Además, según otra tradición, ella viajó a la Provenza francesa con los Santos Lázaro, María Magdalena y Marta, y fue sepultada en Saint Maries, cerca de la desembocadura del río Ródano.
Aunque no sabemos con certeza todos los detalles de la vida de Santa María Cleofé, su papel en los días Santos de la Pascua y su conexión con los Doce Apóstoles la convierten en una figura importante en la historia de nuestra Fe. Hoy, en su conmemoración, recordamos su legado y honramos su memoria en todo el mundo donde se le rinde el culto debido.