San Vicente de Colibre es honrado en la diócesis vecina de Perpiñán-Elna con una celebración que destaca su vida, como la describen varios autores, entre ellos Beda, Usard, Baroni y Ambrosio de Morales. La tradición sitúa su martirio en el año 303 durante las persecuciones de Diocleciano en el islote donde residía, lugar que hoy se conoce como la ermita de San Vicente.
Daciano, el pretor encargado de llevar a cabo la persecución en la Galia y Hispania, llegó a Cotlliure y detuvo a Vicente, quien era un cristiano reconocido. A pesar de las amenazas recibidas, Vicente se negó a realizar sacrificios a los dioses paganos, y después de sufrir diversos tormentos, falleció mártir el 19 de abril.
Legado
Durante la Guerra de los Segadores, en 1642, las reliquias de San Vicente de Colibre fueron trasladadas a la iglesia del castillo de Cotlliure, aunque desafortunadamente desaparecieron en algún momento posterior. A pesar de ello, San Vicente sigue siendo venerado en la región y es el patrón de los pescadores de Cotlliure.
En la actualidad, se conmemora el aniversario del martirio de San Vicente el 18 de abril, y la comunidad de Cotlliure, junto con otros fieles, celebra esta fecha con gran devoción y solemnidad. La ermita de San Vicente sigue siendo un lugar de peregrinación y oración para aquellos que desean honrar la memoria de este santo mártir.
Además, San Vicente de Colibre es considerado un modelo de fe y valentía para muchos cristianos, quienes admiran su firmeza en la defensa de sus creencias y su disposición a sufrir por su fe. En un mundo donde la intolerancia y la persecución religiosa siguen siendo una triste realidad para muchos, la vida de San Vicente nos inspira a ser fieles a nuestras convicciones y a defender nuestros derechos a la libertad religiosa y de culto.