Claudia Sheinbaum está convencida de que se convertirá en la primera mujer presidenta de México. La exalcaldesa de Ciudad de México, candidata oficialista de la coalición de izquierda liderada por el Movimiento Regeneración Nacional (Morena) del mandatario saliente, Andrés Manuel López Obrador, es la gran favorita para ganar las elecciones generales de este domingo, según todas las encuestas.
Su máxima rival, la exsenadora Xóchitl Gálvez, de la alianza de centroderecha Fuerza y Corazón por México, confía en dar la sorpresa en unos comicios dominados por la violencia y en cuya campaña electoral fueron asesinados 22 aspirantes a distintos cargos a lo largo de todo el país.
En ese marco de enorme tensión y bajo la sombra del poder del crimen organizado y el narcotráfico que dominan vastas zonas del territorio, 27.245 militares y miembros de la Guardia Nacional serán desplegados para garantizar la seguridad del acto electoral.
Quien triunfe gobernará la segunda economía más grande de América Latina hasta 2030. En el sistema electoral mexicano no hay segunda vuelta. La elección se decide por mayoría simple: gana quien obtiene más votos.
“Todas las encuestas indican que Sheinbaum será la ganadora. De ser así, tendrá que lidiar con el hecho de que López Obrador es el fundador, líder y sobre todo el pegamento de Morena y de su alianza con los Partidos Verde y del Trabajo. El presidente tendrá un poder y un capital político al que difícilmente renunciará. Y eso posiblemente reduzca los márgenes de maniobra y de autonomía de Sheinbaum. Pero, por otro lado, ella va a necesitar esa fuerza, ese poder y ese liderazgo para mantener unida su coalición, incluso diría su partido”, dijo el analista político mexicano Carlos Bravo.
Qué dicen los sondeos sobre la elección más grande de la historia de México
Estas serán las elecciones más grandes de la historia de México. Más de 98 millones de personas están convocadas a renovar más de 20.000 cargos, incluyendo la presidencia, gobernadores, los 500 diputados y los 128 senadores.
Según la última encuesta del diario El Financiero, Sheinbaum obtiene el 52% de las preferencias frente al 38% de Gálvez. El tercer candidato, Jorge Álvarez Máynez, del opositor Movimiento Ciudadano (MC), alcanza el 10 % de respaldo.
La lucha parece estar reservada para Sheinbaum y Gálvez. Álvarez Maynez se presenta como la “tercera vía” en un proceso electoral condicionado por la gran popularidad que goza el presidente saliente entre los mexicanos. Según la encuestadora Polls.mx, el 65% de la población apoyaba la gestión de López Obrador en marzo pasado.
“Mucha gente se preocupa por el problema que representará para Sheinbaum, en caso de ganar, la fuerza del presidente. Y en verdad, eso es un problema. Pero hay otro problema: ¿qué le pasaría a Claudia Sheinbaum si el presidente de veras se retirara o decidiera simplemente no ejercer ese poder? Es muy probable que hubiera una serie de fuerzas centrípetas dentro de la coalición que volverían muy difícil la administración de la victoria o la gestión de su gobierno, incluso para conseguir los votos que necesita en el Congreso”, opinó Bravo.
Quién es Claudia Sheinbaum, “una mujer, madre, abuela y científica”
Sheinbaum, de 61 años, dos hijos y de ascendencia judía, es conocida por ser una científica brillante. Física e ingeniera ambiental, fue una de las ganadoras del Premio Nobel de la Paz 2007 por su trabajo en el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático de la ONU.
Entre 2018 y 2023 fue la primera alcaldesa mujer de Ciudad de México. Ahora, espera convertirse en la primera presidenta de la historia del país.
Una de sus características más visibles es su sobriedad. Hoy se define a sí misma como “una mujer, madre, abuela y científica”.
Su militancia de izquierda comenzó en el Consejo Estudiantil Universitario (CEU). Tras realizar un doctorado en ingeniería ambiental en la prestigiosa Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), partió a Estados Unidos donde estuvo cuatro años como parte del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático de la ONU (IPCC).
Su carrera en la función pública incluyó un puesto como secretaria de Medio Ambiente de Ciudad de México (2000-2006). Luego, fue alcaldesa entre 2018 y 2023, cuando debió enfrentar la pandemia de covid.
Sus enemigos la acusan de ser una persona calculadora. Dicen que, durante los tres debates presidenciales, nunca miró ni llamó por su nombre a su principal oponente, la centroderechista Xóchitl Gálvez. “Sigues siendo fría, sin corazón, yo te llamaría la dama de hielo”, le dijo Gálvez durante una de sus exposiciones. Es, en definitiva, todo lo contrario de lo que emana su padrino político y presidente saliente, el carismático López Obrador. Sin embargo, durante la campaña, se esforzó por sonreir, repartir abrazos a sus seguidores y publicar videos con humor en TikTok.
Quién es Xóchitl Gálvez
Xóchitl Gálvez es la candidata de la alianza de centroderecha Fuerza y Corazón por México, integrada por el Partido Acción Nacional (PAN), el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el Partido de la Revolución Democrática (PRD).
También de 61 años, es ingeniera en computación y empresaria. Su vida no se asemeja a la de su principal rival. De origen indígena, creció en la pobreza en su pueblo de Tepatec, en el estado de Hidalgo.
Sin embargo, logró estudiar con esfuerzo la escuela secundaria. En varias entrevistas contó que vendía gelatinas en el mercado del pueblo para costearse sus estudios. Tras mudarse a Ciudad de México consiguió una beca para estudiar en la UNAM. Allí obtuvo la licenciatura en ingeniería en computación y fundó una empresa dedicada a proyectos de alta tecnología.
Su carrera política comenzó en el año 2000. Entonces, el presidente Vicente Fox la designó como directora de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas. En 2010 se postuló para la gobernación de Hidalgo, pero llegó en segundo lugar. Además, fue senadora entre 2018 y 2023.
El gran desafío de la seguridad que enfrentará la próxima presidenta
En la campaña electoral fueron asesinados 22 aspirantes a cargos en todo el país. Algunas organizaciones independientes afirman que las víctimas suman 30. En todo caso, los grupos criminales utilizaron las elecciones para ejercer su poder, amenazar candidatos e imponer a sus “representantes”.
Según el conteo de la organización de derechos humanos Data Civica, al menos 145 personas vinculadas a la política fueron asesinadas por el crimen organizado en lo que va de año.
La guerra contra el narcotráfico, declarada en 2006 por el gobierno de Felipe Calderón, causó 275.000 muertos solo hasta 2019. La situación no mejoró mucho en los últimos años. Se calcula que un “ejército” de 175.000 personas conforman la “masa laboral” de estos grupos ilegales, según dijo a TN el académico mexicano Rafael Prieto Curial, investigador del Centro de Ciencias de la Complejidad, con sede en Viena y autor de un estudio sobre el tema. Según esa investigación, se registran unas 120 muertes semanales relacionadas con las organizaciones criminales en el país.
“El crimen organizado ha adquirido una enorme presencia territorial. Los niveles de extorsión, de homicidios, de desapariciones y de gobernanza regional que manejan estos grupos son realmente alarmantes”, dijo Bravo.
Según el analista, “este es el tema en el que más ha quedado a deber este gobierno. México ha quedado atrapado en la paradoja de que, por un lado, ya no tiene con qué enfrentar al crimen más que con el ejército. Las policías han sido abandonadas, debilitadas, desmanteladas. Y lo único que queda son las Fuerzas Armadas, sea el Ejército, la Marina o la Guardia Nacional”.
“Pero, por otro lado, la seguridad pública en México lleva casi 20 años militarizada. Y ha quedado claro que la militarización no resuelve el problema. Estamos atrapados ante el hecho de que solo hay una alternativa en este momento, que es la militarización de la seguridad, pero al mismo tiempo sabemos que esa alternativa no resuelve los problemas. Cómo salir de esa paradoja será uno de los grandes problemas que enfrentará el nuevo gobierno”, concluyó.