El ataque con drones de Irán a Israel alteró los planes de todo el planeta y generó gran preocupación a nivel mundial. El presidente de la Nación, Javier Milei, tomó varias decisiones rápidas en medio del conflicto bélico.
En primer lugar, canceló el resto de la gira internacional y creó dos comités de crisis: uno interno, a cargo de Patricia Bullrich, que organiza y refuerza la seguridad de todas las comunidades e instituciones judías. El otro es un comité externo, más bien informativo, para tener un seguimiento de lo que ocurre a nivel internacional.
Como medida complementaria, Milei decidió cerrar todas las embajadas argentinas en medio oriente. Las embajadas en Israel, Irán, Siria y El Líbano fueron cerradas temporalmente.
Ante este escenario, el viaje a Dinamarca tenía un motivo más “marketinero” y era postergable. Europa está en estado de alerta por posibles ataques.
Desde su asunción, Milei tomó una posición muy marcada en favor de Israel. Visitó el Muro de los Lamentos y respaldó abiertamente al país en su conflicto con Palestina. Esto lo coloca en el ojo de la tormenta, en el medio de un conflicto internacional. El conflicto puede crecer y profundizarse, así que el gobierno deberá hacerse cargo de este tipo de decisiones.
Hay mucha incertidumbre en el oficialismo por las disputas internas, que repercutieron esta semana en el Congreso con la división del bloque. Estaba previsto el envío de la Ley Ómnibus esta semana y de momento no hay precisiones.
Por parte de los bloques opositores dialoguistas hay una gran actitud de tratar de aprobar la ley y darle instrumentos al presidente, pero también hay muchas dudas teniendo en cuenta de que hay cuestiones que el Gobierno se compromete a hacer o a definir en estas reuniones y después se van demorando y quedan sin concretarse. Esto obviamente está generando mucho ruido en el parlamento.
Ninguna guerra tiene buenas consecuencias. Esto afectará directamente los mercados y el precio internacional del petróleo. Esto se traslada a los precios domésticos, pero todavía es prematuro.
Detrás de la toma de posición del mandatario argentino a nivel mundial hay otra razón, más allá del alineamiento político. Milei está buscando ser parte de una alianza del liberalismo internacional. Y en ese grupo, oficiar el rol de vocero.