El INDEC difundirá mañana los datos de inflación de enero y a partir de ello, representantes empresariales y sindicales se reunirán el jueves para abordar la necesidad de establecer un nuevo sueldo básico. Este encuentro se da en un contexto de significativa pérdida del poder adquisitivo, especialmente tras la devaluación ocurrida a mediados de diciembre.
El propósito de la reunión es determinar el valor del salario mínimo y discutir acerca de la prestación por desempleo. La Comisión de Salario Mínimo, que incluye a sindicatos como la CGT y CTA, así como a representantes empresariales como la UIA y la CAME, se presenta como una suerte de paritaria nacional, estableciendo los porcentajes de aumentos salariales que podrían acordar sindicatos y obstáculos para diversas actividades.
El salario mínimo acumula una pérdida adicional, ya que debió ser convocado en diciembre para acordar el nuevo valor desde enero. Al reunirse a mediados de febrero, se presume que el valor de enero será pasado por alto. Ahora surge la incertidumbre sobre si se fijará un nuevo monto retroactivo al 1° de febrero o si entrará en vigencia a partir del 1° de marzo.
En 2023, el salario mínimo experimentó un aumento del 151,8%, mientras que la inflación alcanzó el 211,4%, resultando en una pérdida del 19%. A este deterioro se le sumaría el correspondiente a enero, estimado en un 20% según la cifra de inflación proporcionada por el INDEC este miércoles.
En diciembre pasado, el salario mínimo ascendió a $156.000 para los mensualizados o $780 por hora. En diciembre de 2022, estos valores eran de $61.953 mensuales o $309.77 por hora. Para quienes perciben el salario básico junto con el eventual cobro del salario familiar por hijo, se vuelve impracticable cubrir todos los requisitos establecidos por la Ley de Contrato de Trabajo, considerando que la canasta de pobreza para una familia tipo se ubica alrededor de los $590.000 y $600.000.
Según CIFRA (Centro de Investigación y Formación de la República Argentina), el poder adquisitivo del salario mínimo, vital y móvil ha experimentado una tendencia negativa desde 2011, siendo particularmente pronunciada en los últimos dos años del gobierno de Mauricio Macri y en 2020. Entre 2021 y 2022, a pesar de siete instancias de actualización del salario mínimo, no se logró recuperar su poder de compra, resultando en una caída promedio del 1,3% en 2022 y un descenso total del 45% desde 2015, incluyendo la pérdida registrada en 2023.
La Ley de Contrato de Trabajo establece que el salario mínimo, vital y móvil debe ser la menor remuneración en efectivo sin cargas de familia para el trabajador, asegurando su alimentación, vivienda, educación, vestuario, asistencia sanitaria, transporte, esparcimiento, vacaciones y cobertura. previsor. Además, debe ajustarse periódicamente según las variaciones del costo de vida. Héctor Daer, líder de la CGT y uno de los representantes sindicales en el Consejo del Salario, adelantó que solicitará un aumento del 85%, mientras que la CTA podría exigir un ajuste aún mayor.