En medio de un ambiente cargado de descontento entre algunos de sus dirigentes y afiliados, el Comité Provincial del partido radical convocó a una reunión ampliada, abierta a la participación de legisladores provinciales y nacionales, así como militantes radicales.
La reunión, que se lleva a cabo esta noche, tiene como temas de debate el análisis del último proceso electoral, la reforma de la Constitución y la agenda parlamentaria, entre otros.
No obstante, el desarrollo de la reunión no estuvo exento de polémica, ya que algunas de las intervenciones generaron malestar entre los presentes. El clima de tensión en la reunión resaltó las divisiones internas en el partido radical y la dificultad para llegar a consensos en cuestiones clave, como las leyes propuestas por el Gobierno.
El punto principal del conflicto es la reunión entre autoridades y legisladores radicales con funcionarios del Gobierno.
En un tramo, la diputada Silvana Carrizo, quien estuvo presente en la reunión en la finca del presidente del Comité Provincia, Alfredo Marchioli, tomó la palabra y dijo que el encuentro fue a las 17 del martes pasado, "no hubo asado" y preguntó a la dirigencia si estaba bien que se discutan temas centrales de la agenda que propone el Gobierno en ese ámbito. "¿No tiene importancia el lugar donde hicieron esta reunión?", interrogó. El abucheo generalizado fue la respuesta.
Dijo también que el Gobierno pretendía contar con la aprobación del bloque radical de leyes como la reforma de la Constitución y la integración de la oposición a CAMYEN y el fideicomiso minero, "cuando este mismo bloque viene denunciando hasta el cansancio el robo de la rodocrosita".
"Les pido a los diputados que piensen cómo vamos a reconstruir un bloque en el que ni siquiera podemos mirarnos a la cara. Quiero que estas autoridades sepan que no tienen el consentimiento de los 13 miembros del bloque para avanzar con esos temas", cerró Carrizo.
Si bien fue parte de la reunión con las autoridades del Gobierno, la legisladora manifestó allí, según dijo, su desacuerdo en avanzar con esa agenda, pero no le dieron importancia y siguieron. Al día siguiente, Carrizo suscribió junto a otros diputados críticos un documento en el que expresaron sus diferencias con la gestión de las autoridades de la bancada y de la UCR.
A pesar de que la conducción partidaria intentó justificar el diálogo con el Gobierno para avanzar en Diputados con la sanción de leyes del Ejecutivo, el rechazo de la dirigencia fue absoluto.